Es fácil recordar datos cuantitativos como nombres de picos, altitudes, desniveles, orientaciones, acotaciones geográficas, coordenadas GPS, grados de dificultad en diferentes escalas ... nos sobran mediciones y este blog es sólo para guardar pequeños detalles que sirvan para pulsar el nodo neuronal que dispara en nuestro cerebro evocaciones, recuerdos, sensaciones, sugerencias y demás impresiones cualitativas

2015-07-29

Punta Delmás (3170 mts) y Pico Mir (3185 mts)

Entrando en La Coma de Alba. al fondo Punta Delmás y Diente de Alba
Me había prometido a mí mismo no volver a pisar esta zona de las Maladetas Occidentales. Fue mi última vez en 2011 con Marta y Fernán, y salí harto de tanto pedrusco. En aquella ocasión ascendimos el Mir, Sayo y Cordier, y luego un descenso horriblemente largo. Pero aquí estamos Rafa y yo de nuevo acercándonos a este vallejo llamado también la Coma de Alba, aunque esta vez todo parece más asequible ya que la nieve todavía ocupa parte de la ruta. No hemos madrugado demasiado. Partimos de La Besurta a las 8,20 de la mañana. Hoy es es primer día de cierre de la carretera, por lo que hemos dejado el coche en el Vado del Hospital y tomado el bus hasta La Besurta. El camino de sobras conocido hasta La Renclusa. Una vez allí cruzamos el torrente que desciende del glaciar de La Maladeta y vamos hacia el Oeste por el valle de Paderna en dirección a los Picos Occidentales de La Maladeta, concretamente a la Punta Delmás y al Pico Mir. José Delmás y José Mir fueron dos famosos guías benasqueses de principios del siglo XX, y en honor a ellos se rebautizaron estas dos cumbres por el equipo de Juan Buyse, anteriormente denominadas Maladetas Occidentales.
Panorama hacia el Sur, desde La Renclusa
Una vez rebasado el semicolmatado lago inferior de Paderna enfilamos hacia el collado del mismo nombre, pero derivando a la izquierda bastante antes de alcanzarlo y nos incorporamos así a la loma que separa el torrente de la Maladeta del valle de La Coma de Alba. Acortamos así bastante, y además vamos encontrando neveros que ocultan el roquedo, facilitando la marcha
Pleta de Paderna. Nos dirigimos hacia el collado, pero girando antes a la izquierda

Decididamente hacia el Sur. Diente y Pico de Alba
Vía Normal al Pico de Alba. Por detrás destaca Crabioules
Casi sin darnos cuenta llegamos a la morrena de la Pequeña Edad del Hielo, más o menos a 2800 mts. Tenemos justo encima de nosotros la oscura pared Oeste de la Punta Delmás. Un pequeño canalón a la izquierda nada más pasar el vertical espolón norte da acceso a la montaña. Justo a su pie hacemos un pequeño descanso. Encontramos a una pareja que andan algo despistados, ya que pensaban ir al Pico de Alba. Les explicamos donde se encuentran y deciden cambiar de planes e ir hacia el collado superior de Alba. Otra pareja ha seguido a la primera, y la pregunta se repite: "Cuál es el Pico de Alba". ¡¡Vaya empanada llevan algunos!! Les recomendamos sigan a la otra pareja y que hagan alguna de las Maladetas.
Yo ya estuve en la Punta Delmás en el 2006 con Pedro, pero no recuerdo si necesitamos algo de material o no. Por si acaso preparamos los arneses y la cuerda y nos vamos para arriba.

La cresta, en su primera parte se empina considerablemente, teniendo que utilizar las manos para progresar, aunque es muy ancha y podemos ir sorteando las dificultades. De todas formas gana altura con rapidez abriendo un buen patio hacia La Coma de Alba. 

Alternamos zonas de trepada con otras más tumbadas. La cresta ha perdido ya la anchura inicial pero la progresión sigue fácil. A la izquierda tenemos el glaciar y La Maladeta. Así llegamos a la cima donde disfrutamos de una gran vista. Nos encontramos en la Punta Delmás, considerada una antecima del Pico Mir, que tenemos un poco más al sur y relativamente cerca. 
Punta Delmás (3170 mts)
De izquierda a derecha: Maladeta, Cordier, Sayo, Mir
Desde la cima descendemos a la contigua brecha, iniciando posteriormente la subida final al Pico Mir (3185 mts). Algún paso nos ofrece algo de resistencia, pero poca cosa. Llegamos a esta curiosa cumbre con dos cimas gemelas separadas por una brecha que hace complicado el paso entre ellas comportando un paso de IV+, que por supuesto vamos a obviar.
Descendiendo a la brecha, con el Pico Mir ya muy cercano
Paso a caballo entre Delmás y Mir
Desde la cima O. la brecha en primer plano, la cima E, Sayó, Cordier, Maladeta

Desde el pico Mir vemos el caótico amontonamiento de bloques de granito que constituyen la Punta Delmás
Valle de Paderna a nuestros pies

El descenso lo hacemos por la ruta normal  hacia el cercano collado superior de Alba. Ruta que seguimos por numerosos hitos y que nos deja en dicho collado. Coincidimos allí con una de las parejas que habíamos visto antes, y que acaban de ascender el Pico Sayó.  
Iniciamos el descenso. Delante el Pico de Alba
Diente de Alba
Collado Sup. de Alba
El descenso del collado es francamente penoso, aunque corto. Da la impresión que vas a rodar en cualquier momento. Al llegar a la nieve respiramos aliviados. A nuestra derecha vemos los dos picos que acabamos de ascender con la brecha que los separa.
Punta Delmás y Pico Mir, desde los neveros de la Coma de Alba
Descendemos rápidamente aprovechando los neveros que vamos enlazando uno tras otro.
Vista hacia el NO. Cresta de Estauas y Sacroux


Casi sin darnos cuenta llegamos al lago de Paderna. Se nos ha hecho muy corto. Nos tumbamos en la hierba, estamos felices, relajados, una gozada. 


"¡Qué descansada vida
 la del que huye del mundanal ruido,
 y sigue la escondida
 senda, por donde han ido
 los pocos sabios que en el mundo han sido"
  Fray Luis de León (1527-1591)
Tan sólo despertamos de nuestro sueño al llegar al Refugio de La Renclusa, a rebosar de gente bulliciosa, casi molesta, unos franceses bebiendo pastis, otro disfrazado con unos cuernos tipo despedida de soltero, aquél vestido con un gorro que intenta ser tirolés pero parece papá Pitufo ... Vaya shock, se acabó la levitación, hemos vuelto a la realidad. Tomamos una cerveza rápida, abandonamos el circo y corremos al bus. En el camino gentes de todo tipo se disponen a ascender al refugio, servidumbre que sufren los refugios a poca distancia del asfalto. 
Suerte que Paderna nos ha vacunado. Más tarde cenita con Rafa y la fami, chupitos, conversación en el jardín, genial.

27 junio 2015. Rafa y Enrique

2015-07-09

Serra de Cavall Bernat. "La nit du moscards". Tras los pasos de Bonatti.


Walter Bonatti tenía una casa en Cala San Vicente, a los pies del Cavall Bernat. El mejor alpinista de su época se había despedido del alpinismo extremo en 1965 con la apertura de una vía en la cara norte del Cervino, sólo y en invierno. Entonces, cambiaría el piolet y los clavos por la cámara fotográfica y la máquina de escribir en su nueva vida como reportero.
De sus temporadas en Cala San Vicente no se sabe mucho. Seguro que recorrió la Serra de Cavall Bernat que tenía justo enfrente; en sombra por la mañana debido a la orientación de su cara noroeste, pero recortadas todas las agujas de su cresta a la luz del amanecer y doradas por el sol de la tarde; pero no dejó nada escrito. Sin embargo, cuando algún montañero local le visitaba para saludarle, él les dibujaba rutas en la pared y comentaba de alguna escalada que había realizado. Me cuenta Miguel Angel que un amigo suyo, Joan Riera, "es Cosí", un buen aperturista, una vez que le visitó, Walter le pasó al salón y le fue dibujando de memoria toda la pared con posibles vías en espolones, diedros factibles, puntos de ataque para alguna pared, etc. De todo aquéllo no queda nada. Y siguiendo los pasos del maestro, Miguel me ha traído hoy hasta aquí.



Hace un año que Miguel Ángel abrió en esta pared una vía con otro amigo y con un vivac en la gran cueva, por el mero placer de hacerlo: La nit du moscards. 400 mts. con dificultades hasta IV+, poco mantenida, no muy buena roca y bastante vegetación, pero en un marco INCOMPARABLE.


La aproximación, claro está, hay que hacerla en barca y a ser posible, con el mar como un plato, para encaramarse rápidamente a la roca y trepar los primeros veinte metros por una roca excelente.
     
                             



Para llegar a una buena plataforma donde aprovechamos para encordarnos.

Continuamos por una placa, todavía de buena roca, hasta la segunda reunión, donde nos quitaremos las camisetas pues el calor se deja notar.

Poco a poco vamos llegando a la gran cueva, cuajada de estalactitas.

A la izqda. de la cueva, según se llega, sale una repisa aérea encima del acantilado, que Miguel me recomienda recorrer. ¡Soberbia!


Se sale de la cueva por la derecha, por una repisa, hasta un gran arbusto donde se monta la reunión. De hecho, es aprovechando la maleza donde va Miguel montando las cintas exprés, no hay rendijas para friends y la roca tampoco los aguanta de la tierra que tiene tan blanda alrededor. Como ventaja, el aroma del romero resulta casi embriagador.

Mientras aseguro a Miguel veo, allá abajo, un águila pescadora dando vueltas en busca de algún pez. Cuando llego a la reunión, Miguel también la ha visto y me comenta que hay alguna pareja nidificando en las grutas de estas paredes. Llegamos a la ultima reunión y salida donde nos da el primer rayo de sol. Ya solo queda trepar 4 o 5 mts. por un escalón.


Y llegar al collado de Capellassa, donde a nuestros pies se extiende todo el valle de Boquer hasta su cala homónima. Boquer, la antigua Bocchoris, asentamiento prerromano de la época talaiotica. Dicen que en la ladera sur de la Talaia Vella, pasando la antigua finca Boquer Petit, hoy desaparecida, se pueden ver los basamentos de las paredes y sepulcros. Yo los busque en 1998 y no encontré nada......tampoco soy yo Schliemann. ¡¡Y me faltaba la Ilíada como guía para saber donde buscar!! Con la fundación de Pollentia por el cónsul Cecilio Metelo en el 123 AC, poco a poco fue decreciendo su importancia hasta desaparecer. Maravillosas historias de la Isla.


Subimos a la cima que tenemos a la izqda., según se sale de la vía, por la cresta.

Para poder admirar desde la cima los 350 mts. verticales de los acantilados del “bálano” que da nombre a la cresta, de toponimia... dulcificada. De “Carall trempat” paso por arte de magia a Cavall Bernat. No solo aquí. Hay “Cavall Bernat” por toda la geografía mediterránea. Pero eso es otra historia.

Bajamos hacia cala Boquer, donde nos espera la capitana Rosa, para embarcarnos.


Damos una vuelta por los acantilados e islotes, disfrutando de esta tarde fantástica y Miguel me enseña la cueva del Aragonés, vías y futuras escaladas. Y en el cabo del final de la Sierra de Cavall Bernat, la punta de La Salada, me comenta que hace años le hicieron una voladura para romper parte del farallón. Escucho con atención, me suena a nuevo, pero poco a poco iré recordando y bajando en el coche a Palma recuerdo haberlo leído en aquellos fabulosos fascículos de Rutas escondidas de Mallorca que publicaba Jesús García Pastor en el año 1972. Fotos en blanco y negro y montajes panorámicos artesanales, pero textos llenos de sabor y simpatía. Fui encontrando algunos cuantos, allá por los años ochenta, en librerías de lance. Y, en efecto, tengo el numero 57, que habla de la travesía de la Serra y cuenta el plan original de las voladuras. Inicialmente serían tres, pero que solo se realizó la primera en el año 1949. El propósito era evitar la “salada”, la nube de agua con salitre, que salía despedida con los temporales de norte y que producían una nube que se internaba cientos de metros tierra adentro y malograba tanto cultivos como pastos. La transcripción de la carta del propietario de la finca, Sr. Capllonch Miteau, lo aclara todo.

¡¡Por aquí subimos!!

Desde Cala Molins se aprecia la pared en la lejanía, con los turistas en primer plano. ¡¡Se impone baño y cerveza!!

De vuelta a casa a ultima hora, se han formado unas pequeñas nubes en el cielo que reflejan una luz maravillosa, como en los cuadros de Anglada Camarasa; o debería reescribir la frase diciendo que desde su casa en Puerto Pollensa, el pintor supo plasmar magistralmente la luz de las calas norte de Mallorca.
Adéu Cala San Vicente.
Ciao Walter.

22 Junio 2015. Miguel Angel y Pedro

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