Es fácil recordar datos cuantitativos como nombres de picos, altitudes, desniveles, orientaciones, acotaciones geográficas, coordenadas GPS, grados de dificultad en diferentes escalas ... nos sobran mediciones y este blog es sólo para guardar pequeños detalles que sirvan para pulsar el nodo neuronal que dispara en nuestro cerebro evocaciones, recuerdos, sensaciones, sugerencias y demás impresiones cualitativas

2020-01-24

Fites del Perdigueret (2458 mts)

Desde la cima de las Fites del Perdigueret hacia el Sur. Tucas de Ixeia
Con el año recién comenzado nos disponemos a quemar algunas calorías adquiridas en estos días navideños. Nada mejor que Literola, en el Valle de Benasque para cumplir con estos buenos propósitos.
Este valle, además de los visitados tresmiles que alberga, con Perdiguero como emblema, posee otros atractivos, que aunque menos ambiciosos en cuanto a altitud, presentan itinerarios atractivos y miradores fantásticos. Este es el caso de Fites del Perdigueret, una modesta cumbre situada al fondo del barranco de las Fites de Perdiguero, adyacente del barranco principal de Literola y al que tributa algo más abajo de la cabaña de Literola.
Kuka, Carla, Marta y yo comenzamos la marcha por el camino balizado que discurre por la margen izquierda del valle de Literola. La ruta es archiconocida, gana altura por el bosque, remonta una pedrera barrida por los aludes, para después, por suaves pendientes alcanzar el cruce de la cabaña de Literola o Forcallo. Abandonamos la ruta principal descendiendo a nuestra izquierda a la palanca de madera que cruza el torrente, llegando poco después al gran llano donde se ubica la cabaña.

Salimos del bosque

Curioso pino

Nuestra cima, en el centro. A la derecha Perdigueret y Perdiguero

Cruzando el torrente de Literola

Cabaña de Forcallo, o Literola

Algunas ruinas delatan la presencia de anteriores construcciones arrasadas por los aludes. Cruzamos el pequeño barranco situado al sur de la llanura y remontamos por su margen derecha hacia el oeste. Al fondo de este vallejo ya vemos les Fites del Perdigueret, a la izquierdo del Perdigueret, de mucha más entidad, tanto como casi 400 mts más.
En el Barranco de Las Fites de Perdigueret

Turó de Frontonet


La cima se ve todavía lejana, pero la suave pendiente, y la huella del algunos predecesores hacen que la marcha sea realmente llevadera. Efectivamente, casi sin darnos cuenta estamos remontando la pala final que nos deposita en una exigua depresión que separa las dos cimas, siendo la norte ligeramente más elevada (2458 mts)
Circo de Cregüeña

La Cima, en el centro


Ultima pala

Nos encontramos en la última de las montañas amables del cordal que partiendo del Valle del Esera, recorre hacia el oeste varias cotas limítrofes con el Valle de Estós que son realmente sencillas de ascender. A partir de aquí, hacia el norte, y tras pasar el collado de Perdigueret, con acceso al valle de Perdiguero, nos topamos con la mole del Perdigueret, y un montón de picos que rebasan ya los tresmil metros. La vista es espectacular y circular, excepto al norte, donde el Perdigueret y Perdiguero ocultan al resto. El cielo velado, y esa luz melancólica, tan característica de estos días de invierno confiere al entorno un ambiente, podríamos decir, "patagónico".
Al poco de llegar, lo hace también un montañero que viene de hacer todo el cordal desde el Pico de Estós. Charlamos con él y aprovechamos para que nos saque alguna foto. Nosotros buscamos una roca donde sentarnos y comemos un poco mientras disfrutamos de un gran panorama. Al este Las Maladetas, al sur Ixeia, y al oeste Posets.
Cima, con el Perdigueret detrás

De izquierda a derecha, Enrique, Marta, Carla, Kuka y Macizo del Posets

Las donas


Iniciamos el descenso, pero antes nos acercamos a la otra cima un poco al sur, y algún metro menor que ésta. A la derecha vemos el barranco de Perdiguero, y justo debajo de nosotros los meandros que dibuja el torrente, algo más abajo de la laguna completamente oculta por la nieve. Descendemos por el mismo itinerario. Una pareja nos cruzamos en el camino de Literola. Una delicia disfrutar de la soledad invernal de este valle, bastante más frecuentado en verano. Sin novedad hasta la carretera.
De regreso, cruzando el torrente de Les Fites


Luces de invierno


 Una vez en el coche decidimos hacer una parada en el Hotel Turpi. Nos tomamos unas "claras" alrededor de la chimenea del salón. Digno colofón a esta primera salida del año.
3 Enero 2020. Carla, Marta, Kuka, Enrique


2020-01-09

Rincón de Alano (2357 mts)




La cara norte de la Sierra de Alano, en el valle de Zuriza, es una de las vistas icónicas del Pirineo. Hace muchos años ascendimos a Peña Forca y Rincón de Alano en una jornada otoñal. Ahora es invierno, y el día muy corto, así que rebajaremos un poco las expectativas e intentaremos ascender solamente el Rincón de Alano, con 2357 mts. 
Después de un viaje de casi tres horas aparcamos al final de la pista de Tacheras, donde un buen número de cazadores y sus nerviosos sabuesos se disponen a ir de cacería. Menos mal, que nosotros vamos en dirección contraria. Marta, Josan, Rafa y yo partimos a las 10 de la mañana por el camino balizado del collado de Estiviella en dirección este. El primer tramo es un agradable y suave ascenso por un bonito hayedo.   Al llegar a unas construcciones  abandonamos el itinerario balizado y nos dirigimos hacia el sur, en dirección al paso de Tacheras, entalladura que corta la montaña y permite pasar a la otra vertiente. 
Bosque de hayas en el comienzo de la ruta

La entalladura de la izquierda es el Paso de Tacheras

La pendiente empieza a aumentar considerablemente, y la nieve hace su aparición. Estamos a 1600 mts, y sacamos crampones y piolet. Nos vamos adentrando en el sombrío canalón, la nieve está como una piedra, y la pendiente calculo que rondaría los 30 o 35 grados. Con cuidado vamos superando el corredor y respiramos arriba del todo, donde recibimos un agradable baño solar.  
Toda la vertiente norte en sombra. La nieve está muy dura

Saliendo ya del tramo de mayor pendiente


El panorama se abre y nos encontramos en un amplio valle nevado de orientación este oeste Al norte de este vallejo, los Alanos, y al sur Peña Forca. 
Iremos  hacia el este ganando altura poco a poco. El Rincón de Alano aparece muy lejos, al fondo del valle.  Avanzamos a media ladera, con tramos de buena pendiente. Nuestra cima se sigue viendo muy lejana. Hacemos una pequeña parada para descansar y pensar la ruta a seguir, ya que resulta incómodo seguir flanqueando con los crampones. Dos opciones: Bajar al valle e ir ganando por el fondo, o trazar una diagonal ascendente y alcanzar la cresta. Decidimos la segunda opción, ya que vemos a un montañero que nos antecede por la cresta en dirección al Rincón, y se le ve bastante ligero, y además, en caso de que nuestro tiempo se vaya agotando, siempre podemos hacer una cota de la Sierra de Alano, alguna de ellas bien individualizada. 
Después de la "nevera", baño al sol

Atrás dejamos las Puntas de Tacheras y Achar de Alano

Al fondo Peña Forca. A la izquierda arriba, sobre la loma, se aprecia el montañero que nos precede

Flanqueo penoso. Decidimos ascender a la cresta

Alcanzamos la cresta y vamos avanzando siempre al este, siguiendo las huellas. La verdad es que ha sido una buena elección, ya que el lejano Rincón se empieza a ver ya bastante accesible. La cresta, en general es amplia, aunque con buena caída hacia el norte. Aún así presenta un par de cortos pasos afilados, en los que hay que prestar atención. Casi sin darnos cuenta nos topamos con la pala final que asciende al Rincón de Alano. 
Ya en la cresta. Al fondo, Rincón de Alano.

El recorrido por la cresta, salvo un par de pasos algo aéreos, es muy sencillo

Pala final a la cima

Josan y Rafa, últimos metros

Ascendemos esos 100 últimos metros y alcanzamos la cima (2357 mts) a las 14 h. Allí encontramos a nuestro antecesor en la ruta. Charlamos un poco con él, y rápidamente inicia el regreso por el mismo itinerario. Nosotros todavía nos quedamos un poco en la cumbre disfrutando de las excelentes vistas. Al norte Peña Forca, al  este, y por encima del Valle de Oza, que tenemos a nuestros pies, se eleva majestuoso el Bisaurín y el Castillo de Acher, y más allá un rosario de cumbres del Pirineo Central. Al norte, Chipeta, Quimboas, Atcherito, etc. Al oeste, tras la cresta de los Alanos, vemos Ezcaurre, y mucho más lejos el Ory. 

Desde la cima, hacia Peña Forca

Muralla de Chipeta. Pico que ascendimos hace justo un año

Enrique, Rafa, Marta, Josan

Castillo de Acher y Bisaurín

Nuestro enigmático montañero inicia el descenso por el mismo itinerario
                                            
El día es muy corto y no vamos muy sobrados, así que iniciamos el descenso. Decidimos hacerlo trazando una diagonal hacia el fondo del valle, pero sin llegar a él, continuando algo elevados y así salir directamente, sin tener que volver a subir, al paso de Tacheras.
Iniciamos el descenso

Josan señala la cima del Rincón de Alano
El descenso es mucho más rápido de lo que esperábamos y en poco más de una hora nos plantamos junto al Achar de Alano, bajo el cual se sitúa el Paso de Tacheras, antesala de la nevera. Aprovechamos lo poco que nos queda de sol y hacemos una parada, con café y vino de nueces incluído. Todo un lujo, antes de cruzar el paso y descender el canalón helado.

Celebrando la Navidad

Paso de Tacheras
Como era de esperar, la nieve de la cara norte está completamente helada. Los crampones apenas muerden un poco, justo para no resbalar. Descendemos con sumo cuidado, pensando que un descuido podría provocar una caída, y con tal dureza, detenernos sería bastante complicado. En plena faena estamos cuando nos rebasa el montañero que hemos ido encontrando toda la jornada. Nos pasa bastante rápido y continúa para abajo. El descenso del canalón y la posterior pala de nieve, igualmente helada salva un desnivel de 300 mts, y nos deposita junto a las naves ganaderas y el PR que viene de Estiviella. Ahora, ya se podría hacer de noche, aunque aún queda un rato de luz. Descendemos de nuevo por el bosque de hayas y llegamos al coche justo cuando anochece.
La pendiente tiene unos 30º

Salimos del corredor, pero todavía queda mucha pala





Hemos vuelto a los Alanos 32 años después, y ha merecido la pena. El corredor, la arista nevada, las vistas, el vino de nueces y el café. Estas excursiones que rondan las fechas del solsticio de invierno, con esa luz tan especial, siempre dejan un grato recuerdo.
28 Diciembre 2019. Marta, Josan, Rafa, Enrique
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