Es fácil recordar datos cuantitativos como nombres de picos, altitudes, desniveles, orientaciones, acotaciones geográficas, coordenadas GPS, grados de dificultad en diferentes escalas ... nos sobran mediciones y este blog es sólo para guardar pequeños detalles que sirvan para pulsar el nodo neuronal que dispara en nuestro cerebro evocaciones, recuerdos, sensaciones, sugerencias y demás impresiones cualitativas

2023-07-28

Arnales (3006 mts), Aguja de Arnales (3034 mts)

Desde el Pico de Arnales, vista a Picos del Infierno

Son las 8,30 h y acabamos de llegar al Balneario de Panticosa. Es temprano, pero aún así si ve movimiento en el aparcamiento, con bastante gente preparándose para la caminata. Este bonito enclave es una maravilla para los montañeros, sobre todo porque muy cerca se encuentra las cumbres de Argualas y Garmo Negro, sobre todo esta última, de fácil acceso desde aquí, aunque los 1400 mts. de desnivel no son moco de pavo. Nosotros seguiremos la ruta hacia esos picos, aunque antes nos desviaremos hacia el collado de Pondiellos, ya que la idea es hacer el Pico de Arnales la Aguja del mismo nombre, una cota bautizada no hace mucho como tresmil e incorporada a la “lista oficial”. Hemos estado en el collado de Pondiellos bastantes veces, pero la última fue hace 15 años, aunque hace dos o tres años, junto a Fernán accedimos a estos bonitos ibones desde Sallent para ascender los Infiernos. El sendero comienza ascendiendo por la parte oeste del Balneario. Avanza entre bosque, dejamos atrás la Fuente de La Laguna, y acaba saliendo al llano de la Majada baja de Argualas. Aquí abandonamos a la izquierda el sendero que va hacia los lagos de Ordicuso y continuamos a la derecha para pasar la loma que nos separa de otro valle por donde desciende el torrente de Arnales. Siempre delante nuestro las emblemáticas cumbres de Argualas y Garmo Negro. El siguiente punto de referencia es la Majada alta de Argualas, sobre 2200 mts, a la que llegamos tras una buena cuesta. Aquí tenemos un torrente del que nos aprovisionamos, es el único punto de agua en nuestra ascensión. Desde aquí parte un canalón oblicuo hacia la izquierda por el que se puede acceder hacia el collado Argualas-Garmo Negro, aunque en verano, generalmente la gente sube más arriba, hacia Pondiellos, desviándose luego bajo la pared de Garmo Negro.
Hacia el este, Xuans, Dientes de Batanes y picos de la cuenca de Brazato

Argualas y Garmo Negro, y a su derecha el collado de Pondiellos

Por detrás de la Punta de Piniecho aparece la sierra de Tendeñera. Abajo, ibones de Ordicuso

Nosotros seguimos para arriba, siempre al oeste. Vemos gente por delante y por detrás, aunque más arriba casi todos giran hacia Garmo Negro, con lo que llegamos al Collado de Pondiellos prácticamente solos. Apenas nos detenemos, simplemente unos minutos para disfrutar de la bonita vista de los ibones de Pondiellos y ver la ruta que nos espera seguidamente.
Llegando al collado de Pondiellos. Al fondo aparecen los Picos del Infierno

Ibones de Pondiellos. Al fondo Midi d'Ossau

Continuamos por una infame, aunque corta pedrera bajo la cima del Pico de Pondiellos y llegamos al Collado de Saretas, bajo la cumbre del Arnales Sur. Aquí sí que hacemos un pequeño descanso. En esas estamos cuando llega un navarro que nos comenta que va al Arnales. Charlamos un poco con él y le contamos nuestros planes. Nos dice que no sabía de la existencia de ese nuevo tresmil en la cresta del Infierno-Arnales, pero que pasa olímpicamente. (yo le digo a Rafa: seguro que al final también sube). Bueno, el caso es que él continúa hacia el Arnales, y Rafa y yo nos disponemos a continuar cuando aparece un runner corriendo, sin decir nada, se acerca a la escotadura del collado, se asoma, y  sigue corriendo. Bueno, nosotros a lo nuestro.
A la izquierda Aguja de Arnales, a la derecha Pico de Arnales

Zoom. Ibón de Pondiellos, por detrás Escarra y Pala de Ip


Collado Saretas. Pico de Pondiellos

Aguja de Pondiellos y Garmo Negro

La ascensión hacia el Arnales es tiesa tiesa, así que continuamos con calma. A nuestra izquierda, un montón de gente sube y baja de los Infiernos por la ruta del corredor sur, aunque por la falta de nieve lo hacen por su margen derecha. Es una vía que, aunque frecuentada, no tiene muy buena fama. (Recuerdo en los últimos años dos accidentes mortales en ese lugar). Precisamente, en ese momento asistimos a la caída de un enorme bloque que rueda hasta casi llegar a los lagos, con la suerte de que el que provocó la caída fue el que más bajo se encontraba en ese momento, porque no quiero pensar la desgracia que hubiera ocurrido si el bloque hubiera caído de arriba. En fin, estas cosas dan mucho yuyu. Llegamos al punto más bajo de la cresta, donde encontramos a tres chavales, dos de ellos bajan del Arnales y el otro de la aguja, por lo que le preguntamos impresiones sobre la ascensión, sabedores de que éstas suelen ser subjetivas.
Ganando altura hacia el cordal

Fuerte subida por terreno penoso

Por fin llegamos bajo la aguja. Más atrás se ve la cima oriental de los Infiernos

El comienzo de la ascensión no parece excesivamente sencillo, dejamos a la derecha un pequeño muro y ascendemos por una pequeña vira a la izquierda, para posteriormente trepar hasta la cresta. No sé si es que nos coge algo fríos, pero la realidad es que vamos bastante tensos. La trepada da paso a una arista, en algún punto excesivamente estrecha, con unos buenos patios a ambos lados. Bueno, por lo menos, el tramo es corto, llegando enseguida a la cima previa a la brecha que la separa de la cresta de los Infiernos, y junto a nosotros vemos un cordino para rapelarla. Bueno, nosotros sacamos un buen montón de fotos y nos vamos rápido para abajo, que este lugar no es muy amable.

En la arista. Atrás, a la derecha, Arnales

Garmo Negro, Algas, Argualas. Detrás La Partacua

En la cima. Detrás Infierno Oriental

Balaitous atrás. En primer término Picos de Piedrafita y Llena Cantal

Ibones Azules, Bachimaña, Bramatuero

Atrás Cambales, a su derecha el más alto Gran Fache. En primer término Puntas Gaurier y Zarre

El descenso es mejor de lo esperado, destrepando con facilidad y velocidad, incluso el murete inicial que habíamos esquivado en el ascenso. Antes de llegar abajo nos cruzamos con el montañero navarro, que aunque había dicho que no iba ha ascender la aguja, allí estaba, a punto de coronarla. Sin parar ascendemos seguidamente al Arnales.
Descendiendo por la arista

Llegamos al Arnales (3006 mts)

Ibones de Arnales y Balneario de Panticosa al fondo

Arnales Sur y Garmo Negro


Abajo, ibón de Arnales. Al fondo Vignemale

En el 2008 Rafa y yo continuamos hacia la cima sur, pero por hoy ya tenemos bastante. Descendemos por la ruta de ascenso, dejamos atrás el collado Saretas y nos detenemos a descansar y comer algo en el Collado de Pondiellos. Último vistazo a los ibones y a los Infiernos, por cuya cara sur sigue el trasiego para arriba y para abajo, y continuamos descenso hacia el Balneario siguiendo los hitos.
Collado de Pondiellos

Argualas y Garmo Negro con luz de tarde

Tras algún pequeño despiste, quizás debido a la profusión de mojones y sendas, llegamos al torrente de la majada Alta de Argualas, donde hacemos una breve parada. Luego para abajo por el trillado camino, compartido con multitud de senderistas en pantalón corto y zapatillas que nos hacen sentir anacrónicos. En fin, son los nuevos tiempos. En el Balneario, cerveza en la Casa de Piedra, todo un clásico.

Serrato, Xuans, Batanes

Majada Baja de Argualas. Al fondo Pico Ordicuso

Esto se acaba...

Al final, más de 1400 mts de desnivel para hacer el Arnales y su Aguja (recién bautizada como tresmil). Una buena actividad, de la que lo mejor es la incomparable vista desde el collado de Pondiellos. La agujita en cuestión, calificada en algunas guías como fácil…, bueno, difícil no es, pero tampoco es una montaña para pusilánimes.
Ibones de Pondiellos. Final Julio 2008. ¡Qué diferencia!

26 Julio 2023. Rafa, Enrique
 

2023-07-23

Las Escuellas (2507 mts)

Pico de las Escuellas. Cara O.

Cerca de Panticosa se encuentra el Pico de las Escuellas, una montaña individualizada, al este de la población, y cuya silueta se ve perfectamente desde sus calles. Sorprendentemente, siempre que vemos fotos de este pueblo, suelen ir acompañadas de la Sierra de La Partacua, al oeste, bastante más alejada, eso sí con un porte magnífico. Rafa y yo hace tiempo que tenemos esta montaña en mente, y por fin hoy, le ha tocado el turno. Mirando por Internet, la verdad es que no hay demasiada información, aunque todas las reseñas que miramos describen la misma vía de ascenso, desde la zona de la Ripera. El problema es que para acceder hasta aquí nos encontramos con una pista de 6 km cerrada al tráfico, pero que en verano se puede recorrer con un trenecillo turístico que parte de Panticosa. Aunque el horario del tren no se ajusta a nuestras necesidades, la verdad es que ahorrarnos esos 6 km y 400 mts. de desnivel, hacen que nos decantemos por esta solución.
Tomamos el tren en la Pza de Panticosa a las 9,30, y nos desmontamos en La Ripera, a 1500 mts. una hora después. Las 10,30, y en plena canícula, no es la mejor hora para emprender una ascensión, pero, a lo hecho, pecho. Retrocedemos por la pista unos 500 m hasta encontrar el camino indicado a Catieras y Dedo de Yenefrito (vaya nombrecito). El camino asciende por la margen izquierda del barranco Laulot. La sudada es tremenda, menudo calor, y empezamos a dudar que podamos completar la ascensión, pensando en otras alternativas.

Abandonamos la Pista de La Ripera hacia el collado de Yenefrito

Al fondo el curioso Dedo de Yenefrito

Por fortuna, al llegar al collado de Yenefrito, dejando atrás la curiosa formación del Dedo del mismo nombre, empieza a soplar una brisa reparadora, así que seguimos con el plan inicial. En el collado, abandonamos el claro sendero que continúa por el valle y giramos ya sin camino a la derecha para subir unas rampas de hierba considerablemente inclinadas que nos hacen ganar metros rápidamente en dirección SE, en un principio.  En el fondo del valle vemos el refugio de Yenefrito y más arriba los picos de Ferreras empiezan a aparecer al Este. Después de un tramo en el que parece ceder la inclinación, vuelve a empinarse hasta aparecer un gran “llano” desde donde vemos ya la muralla del Escuellas. Hacemos una breve parada para repostar y continuamos ganando altura hacia un espolón rocoso que dejaremos justo a nuestra izquierda, entrando en un canalón pedregoso con cierta inclinación  donde va apareciendo algún hito (hasta ahora no habíamos encontrado ni uno).

Pendientes herbosas. Al fondo, Puntón y Picos de Ferreras

Aparece el Pico de Las Escuellas. Iremos hacia el valle superior rodeando el espolón rocoso, en el centro de la foto

Ascendemos un canalón, dejando a la izquierda el espolón

El canalón desde arriba

Una vez rebasado el espolón aparecemos en un circo donde la continuación es más que evidente. Enfrente, y ya muy cerca tenemos la pared del Escuellas, y a la izquierda, una canal oblicua de izquierda a derecha que será nuestro salvoconducto para alcanzar la cresta. Antes de esto, hacemos un descanso. Estamos a 2350 mts. Continuamos ascendiendo hacia la canal pedregosa, ancha en un principio, aunque se va angostando y empinando cercana a su final, en la cresta. Un poco antes de llegar a ella, nos salimos a la derecha (hito) por unas lajas lisas en las que hay que tener bastante cuidado, pues la pendiente aquí es fuerte, y mejor no caerse.

En el centro, el canalón oblicuo que da acceso a la cresta

Comienzo del corredor. Arriba la cresta

Parte superior

Un poco antes de alcanzar la cresta, nos salimos por lajas a la derecha

Una pendiente de hierba  nos deposita en la cresta, y ya tenemos enfrente el cordal Sabocos Tendeñera.  Escuchamos unas esquillas, y, sorpresa, un rebaño de bonitas cabras ocupan los escarpes de la cara Sur de nuestra montaña. La cima, ya la tenemos a tiro. Caminando por la cresta, sin ningún problema alcanzamos el hito. Más al oeste vemos otro hito, pero la altura es menor, con lo que nos quedamos en ésta (2507 mts).
Forato Os Diaples

Corto tramo de cresta. Detrás Picos de Ferreras y Mallaruego

Cima. 2507 mts


La vista, muy buena. Al Norte, Midi, Argualas, Garmo Negro, Infiernos. En un plano más cercano vemos el Catieras, el Baldairán, y por detrás asoman Forátulas, Tablato, Brazatos. Más a la derecha la mole del Vignemale, y por delante de ella, al Este Ferreras y Mallaruego, unas montañas que están lejos de todo, pero que algún día habrá que ir.
Circo de La Ripera. Tendeñera y Forato Os Diaples

Peña Otal al fondo, y  Cresta de Tendeñera

Al norte, Argualas, Garmo Negro, Infiernos, Punta Zarre y Gran Facha

Hacia el Oeste, Panticosa pueblo 

Panorámica

En la cima no estamos mucho tiempo, la parte superior del canalón nos inquieta un poco y tenemos ganas de vernos abajo. Así que volvemos sobre nuestros pasos hasta el corredor. Descendemos con cuidadito la primera parte y enseguida nos deslizamos hasta las praderas, donde paramos para comer algo e hidratarnos.
De vuelta al corredor

Algún pequeño destrepe

Bajando hacia el valle

Llegando al collado de Yenefrito

El resto del descenso lo efectuamos por el mismo itinerario. Afortunadamente las botas agarran perfectamente en las empinadas laderas herbosas que preceden al buen sendero que recorre el valle de Yenefrito. Una vez allí seguimos el camino hasta la pista de la Ripera. No hemos reservado billete en el tren para la vuelta, así que tomamos el sendero marcado en dirección Panticosa. Son seis kilómetros a que no se hacen excesivamente pesados, tramos de bosque, otros por antiguos “panares” (zonas de cultivo comunal) y ya, cerca de Panticosa, bastante gente refrescándose en las pozas del Bolática.
La Ripera. Forato y a la derecha aparece Sabocos

De allí venimos

La Partacua

En la plaza de Panticosa, bajo una sombrilla, dimos buena cuenta de sendas jarras de cerveza que nos ayudaron a hidratarnos algo. Tranquilamente estábamos cuando nos sacó de nuestro relax la llamada telefónica del amigo Pedro.”Venga chicos, ya estoy por aquí, id preparando alguna excursión” . Esto es un sinvivir.
Una bonita montaña, Las Escuellas, sorprendentemente muy poco visitada como pudimos constatar. No vimos a nadie, escasez de hitos, ni rastro de paso de gente. En fin, una montaña ruda, que sin duda sufre la competencia de las cimas vecinas, pero que merece la pena visitar.
Gentiana Cruciata

20 Julio 2023. Rafa, Enrique



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