Es fácil recordar datos cuantitativos como nombres de picos, altitudes, desniveles, orientaciones, acotaciones geográficas, coordenadas GPS, grados de dificultad en diferentes escalas ... nos sobran mediciones y este blog es sólo para guardar pequeños detalles que sirvan para pulsar el nodo neuronal que dispara en nuestro cerebro evocaciones, recuerdos, sensaciones, sugerencias y demás impresiones cualitativas

2012-09-22

Taillón (3144 mts)


En octubre de 2002 hice mi primera ascensión al Taillon en compañía de Enrique y parcialmente de Pedro, que subió a los Gabietos y nos acompañó en el descenso. En esta ocasión, en vez de subir desde el Col de Boucharó, decido hacer la ascensión completa desde Bujaruelo, en solitario y en el día desde Zaragoza. 
Otal y Tendeñera a la espalda subiendo al Puerto de Bujaruelo 
Hasta el Puerto de Bujaruelo la ascensión es sostenida pero por terreno cómodo, con la visión permanente de Tendeñera y Otal a mis espaldas, y sobre todo muy solitaria. Me adelantan un par de machacas a toda pastilla, con los que me cruzaré en el extinto Glaciar de la Brecha ya bajando ellos procedentes del Taillon, hay que ver la velocidad que se gastan algunos.
Superado el Puerto, ya en la ruta francesa un reguero de excursionistas 
Aguas procedentes del glaciar del Taillon. Al fondo el agostado valle de Espécières y col de Tentes 
Tras dos horas y diez minutos llego al Puerto y allí el panorama cambia completamente, mucha gente sube desde Francia aun siendo lunes en dirección al refugio de Serradets, desde luego no es una excursión para amantes de picos solitarios. Además del esfuerzo que requiere remontar 1.800 metros de desnivel, la única dificultad reseñable será superar las aguas que bajan embravecidas del deshielo del Glaciar del Taillon, para lo que contaremos, si no vamos equipados con neopreno, con la inestimable ayuda de una cadena a la que podremos agarrarnos. No obstante será difícil evitarles un chapuzón a nuestras botas. Es la consecuencia de un agosto extremadamente caluroso como el que hemos tenido, con el glaciar deshaciéndose a marchas forzadas, y en versión reducida del que recordaba en 2002.
El Taillon, queda un largo trecho hasta la cumbre. Vemos también el Dedo de la Falsa Brecha 
Asoma el Vignemale. Mal aspecto del glaciar de Ossoue 
Primera visión del refugio de Serradets, Casco y Brecha de Roland 
Empinada pedriza desde Serradets. Al fondo, Neouvielle, Campbieil y Soum de Salettes 
Poco a poco se va abriendo el panorama de cumbres, divisaremos a nuestras espaldas la zona de Garmo Negro y el macizo de Vignemale poco antes de contemplar el refugio de Serradets bajo el imponente circo de Gavarnie, aún en sombra. Afronto las duras rampas camino de la Brecha de Roland, pero antes llegaré a los restos del glaciar de la Brecha. El recuerdo de avanzar con cierta dificultad por nieve dura diez años atrás me impulsó a llevar crampones en la mochila por si se hacían necesarios en ese paso, pero ni siquiera hay que pisar la nieve en ningún momento, sólo hay restos evitables en todo momento. Con la emoción de trasponer a medio camino entre la geología y la leyenda la Brecha de Roland, paso a la vertiente española, mucho más árida. 
Brecha de Roland. Mitad geología, mitad leyenda 
Mucho más árida la vertiente española. Asoma Ordesa 
Pinceladas lanzaroteñas
Dedo y Falsa Brecha. Al fondo a la izquierda se adivina la cumbre del Taillon

Al llegar a la Falsa Brecha será necesario volver a la vertiente francesa –cuyo breve paso recordaba más aéreo- para sortear el Dedo. Ya sólo queda progresar por la interminable cuesta que me llevará a la cima del Taillon después de cinco horas y cuarto desde que empecé a caminar en Bujaruelo. El fuerte viento del sur que sopla en la cima nos hará abrigarnos casi como en pleno invierno, lo que demuestra que a pesar de estar viviendo un caluroso día del mes de agosto, en alta montaña nunca se sabe y siempre hay que ir bien equipados.
Bajo el glaciar del Taillon vemos parte del camino recorrido, cerca de Sarradets. Al fondo, valle de Gavarnie
Gabietos en primer término. Al fondo, Tendeñera, Collarada, Infiernos 
Argualas, Garmo Negro, Midi d'Ossau, Infiernos, Pico de Piedrafita 
Tubos de Gerbats, Heid... La Munia. Delante, Astazus 
El fuerte viento del Sur hace inhóspita la estancia en la cumbre del Taillon. Detrás, Marboré y Tres Sorores, Astazus, La Munia y Robiñera. 
El panorama de cumbres es de lo más variopinto, pero no me dejará de sorprender el curiosísimo aspecto del pico Descargador, una montaña en círculos concéntricos.
Comparto cima con numerosos grupos y me invade esa extraña sensación paradójica de que habiendo ido solo al monte, no puedo estar más acompañado. La belleza del recorrido atrae a numerosos visitantes, que como guinda del pastel pueden coronar uno de los tresmiles más sencillos del Pirineo.
Pico Descargador o los caprichos de la naturaleza 
La desaparición de los glaciares nos deja ibones de nuevo cuño 
Asoma en el Circo de Gavarnie, la gran cascada. Es la más alta de Europa 
Raza autóctona de Serradets
Zoom al glaciar del Taillon
Una auténtica romería lidia con las aguas que se deshielan del glaciar del Taillon. Recomendable el neopreno
Como el ambiente es inhóspito emprendo por el mismo camino el regreso a Bujaruelo, a donde llegaré cuatro horas y media después, y refrescaré mis recalentados pies en las aguas del río Ara justo bajo el bonito puente románico, punto de partida y llegada de esta larga excursión.

Cara norte del Taillon. A la izquierda, los Astazus
Puente de Bujaruelo
27 Agosto 2012. Fernán.

2012-09-12

Gourdon (3034 mts)


Pic Gourdon, desde el Puerto de Oô
Salimos del refugio de Estós a las 7 de la mañana y emprendemos la subida por el valle de Gías. Aunque en un principio formamos un grupo de siete personas, la idea es que Rafa y yo atravesemos el Puerto de Oô, pasemos a la vertiente francesa y subamos al pico Gourdon, mientras que los cinco restantes, Enrique, Marta, Fernán, Kuka y Carlos, nos acompañarán hasta el ibón de Gías, pero desde allí se desviarán para dirigirse a los picos de Clarabide y al pico de Gías.
El cielo tiene un aspecto muy dudoso; el pronóstico anunciaba sol por la mañana y nubes y posible lluvia por la tarde, pero si a estas horas tan tempranas ya estamos así, mal asunto. No obstante, seguimos subiendo confiando en que la cosa no vaya a más. Antes de las 9 horas nos plantamos en el ibón de Gías, donde reponemos fuerzas, y donde Rafa y yo nos separamos de nuestros compañeros para seguir en dirección al Puerto de Oô. 
El día comienzo con muchas nubes

Brumas en el valle de Estós, cerca del lago de Gías

En el lago de Gías nos separamos. Unos a Clarabide, y nosotros al Gourdon


La subida al puerto, formada por bloques de mediano y gran tamaño, es más llevadera de lo que parecía, y finalmente alcanzamos el collado tomando la precaución de acceder a él por la zona izquierda, la más próxima al pico Arlaud. Comprobamos que realmente esta es la única zona del puerto que permite un paso cómodo hacia la vertiente francesa, ya que el resto del amplio collado cae súbitamente en vertical por la vertiente norte.
Hacia el Puerto de Oô

Cerca del Puerto. La silueta del Pico Arlaud

Cresta del Seilh dera Baquo

Pienso en la primera vez que estuve en este lugar, en el lejano 1978. Hace ya 34 años! Éramos muy jóvenes, y nuestro conocimiento sobre la vertiente norte de la cordillera más bien escaso. No existía la profusión de guías que hay ahora, el acceso a las fuentes de información era muy limitado, e Internet ni siquiera se imaginaba en sueños. No teníamos demasiados medios, y únicamente contábamos con una guía, eso sí, espléndida. Me refiero a la guía Posets-Maladeta de André Armengaud y Agustí Jolis, editada por el Centre Excursionista de Catalunya en 1968. Esta obra, un pequeño pero grueso volumen de 500 páginas, contaba con unas descripciones excelentes y unos dibujos esclarecedores, e incluía incluso una breve reseña con fechas y datos históricos de las ascensiones más relevantes que nos permitió por ejemplo saber quiénes fueron los pioneros de las épocas heroicas. La guía también nos facilitó conocer los grandes picos de la divisoria fronteriza: Gourgs Blancs, Seilh dera Baquo, Portillón de Oô, Perdiguero…, pero, influida sin duda por la época en la que se editó, no incluía los picos franceses. Así pues, nos encontrábamos en aquellos años con que desde las crestas fronterizas descubríamos unos picos con un aspecto muy interesante pero que no sabíamos identificar. No fue hasta un tiempo después, con más medios y experiencia, cuando empezamos a conocerlos e incluso a ascenderlos: Quayrat, Lezat, Spijeoles, Belloc,…

Dejo los pensamientos mientras observamos que las nubes sólo cubren en parte los picos franceses; da la impresión de que el día mejorará. El Gourdon o Pic Noir, nuestro destino de hoy, se ve cercano. Es un pico fácilmente accesible desde la base española del refugio de Estós. Mientras atravesamos lajas y pedrizas en dirección al Col des Gourgs Blancs, comentamos el aspecto desolador que presenta el glaciar de la Baquo, reducido a unas pequeñas placas de hielo. Qué diferencia con nuestras primeras visitas a la zona de hace unas pocas décadas, cuando la extensión del hielo era enorme…Y agonizante también está el glaciar de Gourgs Blancs, con varios fragmentos ya totalmente aislados entre sí y cubiertos de derrubios en la vertiente norte de esta montaña. Pero si el aspecto de los glaciares es descorazonador, el horizonte de montañas cercanas que se nos presenta desde que hemos cruzado el Puerto de Oô nos impresiona una vez más. La corona de picos del circo de Espingo es espléndida y abarca desde el Quayrat hasta el Belloc, pasando por Lezat, Crabioules, picos de Literola, Perdiguero, Portillón de Oô, Seilh dera Baquo, Arlaud y Gourgs Blancs, Gourdon y Spijeoles. Más lejanos, distinguimos Hourgade, cresta de Machimala, Loustou…
Ya en el Puerto, vertiente francesa

Lo que queda del glaciar de La Baquo

El Gourdon, ya muy cerca

Lago Helado de Oô, y en el horizonte, Quayrat, Lezat, Crabioules, Literola, y Perdiguero entre la niebla

Picos dera Baquo
Atravesamos el Col des Gourgs Blancs y emprendemos la subida final al pico, que se eleva sobre nosotros. La pendiente pedregosa inicial da paso a un tramo en el que tenemos que optar por seguir sobre unas empinadas lajas a la derecha, o continuar directamente por la cresta. Decidimos seguir por la cresta, que es entretenida y algo aérea en algún punto, hasta que alcanzamos la cima sin mayores dificultades. Definitivamente, el Gourdon resulta muy accesible desde el refugio de Estós: hemos tardado menos de 4 horas. Nos recreamos en las vistas y comemos algo antes de iniciar el descenso.
Belloc y Spijeoles, muy cercanos


Gourgs Blancs
Valle de Caillauas

Lac glacé de Oô

Hacia el Este, Pico del Portillón y Seilh dera Baquo

Perdiguero y Pico del Portillón
Buzón en la cima


Relajados y satisfechos emprendemos el regreso pasando nuevamente por el Col des Gourgs Blancs y el Puerto de Oô. El día está despejando definitivamente, y ahora podemos ver una vista del siempre imponente Posets, que las nubes nos ocultaban a la subida. En el ibón de Gías nos reencontramos con nuestros amigos que ya hace rato que han bajado de los Clarabides. ¡Hemos perdido la apuesta de a ver quién llega primero y tendremos que pagar las cervezas en el refugio! Rafa me propone quedarnos una noche más en Estós e intentar el Perdiguero mañana. Venzo la pereza y acepto su propuesta: ¡mañana seguiremos por aquí recordando los viejos tiempos!
Rafa, ya de regreso, bajo las moles del Pico Arlaud y Gourgs Blancs



Descendiendo al lago de Gías. Al fondo Cresta de Bardamina y Posets

Cerca del Refugio de Estós

Días después de nuestra excursión, ya en casa, busco en La Conquista del Pirineo, de Marcos Feliú, quién era Gourdon. No tardo en encontrar datos sobre él. Maurice Gourdon fue un montañero de la época clásica de la conquista de las cumbres pirenaicas, contemporáneo de Russell, que entre 1870 y 1890 se anotó varias primeras, entre otras a prominentes picos del Pallars como Subenuix, Peguera o Gran Tuc de Colomers. A destacar el hecho de que no acostumbraba ir con guías sino que le acompañaba su criado Dominique Courrege. Lo que ya no sabemos, pienso yo, es si el leal Dominique iba de excursión por gusto, o no; definitivamente, ¡aquellos eran otros tiempos!

14 y 15 Agosto 2012. Rafa y Carli
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