Es fácil recordar datos cuantitativos como nombres de picos, altitudes, desniveles, orientaciones, acotaciones geográficas, coordenadas GPS, grados de dificultad en diferentes escalas ... nos sobran mediciones y este blog es sólo para guardar pequeños detalles que sirvan para pulsar el nodo neuronal que dispara en nuestro cerebro evocaciones, recuerdos, sensaciones, sugerencias y demás impresiones cualitativas

2013-03-13

Toronzué (2263 mts)

Las previsiones del tiempo no son buenas, pero ya hace mucho que no hemos salido, y pensamos que posiblemente la mañana aguante. Preparamos una excursión que presumimos no demasiado larga. El Toronzué en la zona de Cotefablo es el elegido; además hemos visto en varios blogs que es una montaña muy adecuada para la ascensión con raquetas.
Comenzamos la marcha en el mismo parquin de la boca Este del túnel de Cotefablo. La nubosidad es abundante, y tras una primera subida hasta el puerto nos metemos de lleno dentro de la nube. Pronto nos calzamos las raquetas y ascendemos siguiendo algunas trazas de esquiadores.

Vamos ganando altura al tiempo que la visibilidad va disminuyendo hasta unos límites preocupantes. Menos mal que al llegar a 1700 mts encontramos justo en la divisoria una línea de alambrada que delimita los pastos. Estamos justo en la frontera del Alto Gállego y Sobrarbe. Avanzamos inexorablemente hacia el norte con nuestra vista fija en la alambrada.

Rebasamos algunas cotas intermedias con sus pequeños descensos posteriores. Siempre hacia el norte sin visión alguna. El viento va arreciando al tiempo que nieva intermitentemente. Menos mal que pensábamos que la mañana no sería tan mala como se había presagiado. Nuestra inquietud se fundamentaba en que no sabíamos lo que la línea que nos permitiría volver sobre nuestros pasos iba a durar, ya que la posibilidad de continuar en esas condiciones era más bien remota.

En algunas ocasiones la valla desaparece en la nieve volviendo a aparecer seguidamente. Consultamos constantemente el altímetro y la brújula. Sabemos que el Toronzué se encuentra al norte, pero la orientación en estas condiciones es complicada. Al final la alambrada se acaba. Ascendemos unos pocos metros más volviendo la vista atrás con la idea de no perder el último poste. Y ahí estamos cuando llegamos a un hito que parece el final de nuestra ascensión. Nos quedan todavía 70 mts de ascenso y no sabemos hacia donde tirar. En un momento quedas completamente desorientado. No sabes si has venido o vas.
Estamos en un pequeño colladito. Mientras Fernán, completamente desorientado, se pone el chubasquero, yo miro fijamente hacia delante, y durante unos segundos veo hacia donde se dirige la pendiente. Lo intentaremos. Son 70 mts. y una vez arriba volveremos por nuestros pasos hasta el hito. Así lo hacemos, ascendemos hasta que la pendiente deja de subir. Creemos estar en el pico. Allí ya no se ve pendiente ascendente, pero tampoco vemos nada. Si hay algún hito está cubierto por un grueso manto de nieve.
Fijamos las coordenadas con el GPS de la cámara de fotos y Fernán las memoriza. En casa lo comprobaremos. El frío es intenso, apenas siento los dedos. Aguantamos unos minutos por ver si vemos alguna referencia, aunque tan sólo unos segundos un rayo de claridad nos permite ver hacia el sur la ruta de ascenso.

Descendemos siguiendo nuestras escuetas huellas semi barridas por el viento. Pronto llegamos al hito y poco después a la alambrada. Bueno, ahora ya descenderemos sin problemas. La visibilidad va aumentando, ya vemos montañas hacia el sur. Esto es otra cosa

Avanzamos hacia el sur siguiendo la línea de vida que nos une a nuestro mundo. La vista se abre cada vez más. Al este la Sierra de la Corona, al oeste el valle de Tena, y enfrente nuestro, al sur el Pelopín y Erata.



Pelopín


Pueyo de Ballarín. Debajo Broto
 
Toronzué desde el Puerto de Cotefablo

Después de casi 8 h llegamos de nuevo al parquin del túnel. Al este, en la zona de Torla un fuerte chaparrón descarga precipitación. Al final hemos logrado nuestro objetivo, ascender con raquetas al Toronzué, pero la verdad no pensábamos que se iba a complicar tanto, ni que una alambrada nos iba a resultar tan amable. Se puede decir que subimos por puro tesón. Las vistas sobre Tendeñera y Ordesa que suponemos magníficas las dejaremos para otra ocasión, porque por supuesto volveremos.
10 Marzo 2013. Fernán y Enrique

2013-03-03

Moncayo (2316 mts)


Las laderas del Moncayo modeladas por el viento perenne
El Moncayo está lleno de nieve, hacía años que no nevaba con la intensidad de éste y, para un mes de Marzo, el ambiente alpino está desconocido. Buena excusa para hacer una ascensión rápida al Moncayo, aunque mi intención primera consistía subir al Pico Lobera por el Collado Bellido y recorrer la larga cresta bajando por la vía normal.


La primera sorpresa es encontrar nieve al poco de tomar el desvío en Veruela, la segunda, encontrar la carretera forestal con obligación de usar cadenas desde el principio, pero los pocos que nos atrevemos a circular a estas horas tempranas vamos preparados y podemos subir sin contratiempos mientras la pista ofrece sensaciones y vistas poco habituales.
La nieve lo cubre todo, en el Santuario habrá alrededor de un metro de nieve polvo, echo de menos las raquetas pero aprovecho la huella, incómoda porque también se hunde. Con estas condiciones, abandono la idea de ir al Collado Bellido, que sería actividad en solitario y en soledad, y me dirijo a la vía normal, donde me cruzaré seguro con alguien.
La huella está borrada a tramos por el viento y me toca abrir una nueva, hundiéndome hasta la rodilla, cuando no me atrapa un ventisquero y me hundo hasta la cintura. Alcanzo algún grupo, pero voy rápido y prefiero seguir buscando mi camino.
 Pronto encuentro de nuevo la huella que sube intentando adivinar el trazado normal.
El viento modela la nieve polvo en estrías, capas, escamas ... continuamente borra todo y vuelve a dibujar. De momento, el día es soleado y no hace demasiado frío. De momento.
 No se ven huellas por el corredor del Cucharón, sólo alguna esquiada por la vertiente NE. 
La dimensión de estos montañeros permite hacerse idea de la cima gigante del Moncayo.
Como de costumbre, al llegar a la cresta el viento glacial no deja permanecer más que unos momentos, la sensación de frío es extrema y comienzo la bajada de inmediato. A pesar de los guantes con cortavientos, llevo los dedos de la mano doloridos, si bien mientras hay dolor ... no hay congelación.
Con la imagen de estos pinos totalmente enterrados por la ventisca, llego al Santuario sin novedad. A causa de las condiciones de la nieve, en vez de las menos de dos horas acostumbradas, me ha costado 2:40 subir y 1:40 bajar.

3 Marzo 2012. Rafa.
Temas relacionados