Es fácil recordar datos cuantitativos como nombres de picos, altitudes, desniveles, orientaciones, acotaciones geográficas, coordenadas GPS, grados de dificultad en diferentes escalas ... nos sobran mediciones y este blog es sólo para guardar pequeños detalles que sirvan para pulsar el nodo neuronal que dispara en nuestro cerebro evocaciones, recuerdos, sensaciones, sugerencias y demás impresiones cualitativas

2016-08-30

Peña de las Diez (2568 mts) - Peña de las Once (2658 mts)


Peña de las Once desde proximidad de la Peña de las Diez
Curioso nombre el de estas montañas que cierran el valle de Gistain al sur, y que son ya el preludio de la fantástica zona de Cotiella. Estos nombres lo pusieron los vecinos de Plan según la hora en la que el sol estaba sobre cada una de estas cimas. Montañas con una cara norte escarpada pero de fácil acceso desde el sur, por el collado del Ibón, paso clave entre Armeña y La Basa de la Mora.
Caras N. de Peña de Las Diez, Once y Mediodía desde Gistaín, este invierno pasado


Nuestro objetivo es acceder desde el circo de Armeña, para lo cual tomamos una buena pista que arranca desde Barbaruens y se dirige entre bosque hacia el Oeste. En la cota 1450 mts aparcamos y comenzamos a andar, al principio por la continuación de la pista que posteriormente se convierte en un buen sendero que asciende fuertemente. En algún momento el bosque nos deja asomarnos a nuestra derecha, dejando ver un gran precipicio sobre la Aigüeta de Barbaruens. Desde aquí ya divisamos algunas cumbres, destacando la altiva Pico Llosa, y comenzándose a ver su derecha las Peñas de las Diez y de las Once.
Al salir del bosque, una empinada rampa de piedra suelta y bastante incómoda nos deja en un collado herboso, desde el cual vemos ya el Refugio de Armeña. 
Descendemos unos 50 mts y alcanzamos la orilla del menguado ibón de Armeña cuyo aspecto no parece muy saludable con un color verdoso debido a la cantidad de algas que lo pueblan. Este seco verano está haciendo estragos en estos pequeños lagos que no tienen otras aportaciones que el deshielo y las lluvias
Pico Llosa, y a su derecha la pedregosa ladera de la Peña de las Diez
Collado 1850 mts. antes de descender al Ibón de Armeña
Ibón de Armeña
Dejamos atrás el lago y por terreno llano alcanzamos el bonito refugio de Armeña.
Un pequeño descanso nos sirve para ver el buen estado que se encuentra esta cabaña de uso libre, equipada incluso con Radio Teléfono. Una curiosa poesía escrita en una pizarra preside la chimenea. Realmente un refugio encantador en un paraje completamente diferente. Hacemos planes, quizás un finde de principio de otoño para hacer Cotiella......

Encantador poema sobre la chimenea
Junto al refugio, la fuente de Riancés, en la que Rafa y yo cogimos agua en nuestra anterior visita, y que ahora está rodeada de vacas y cabras. Pasamos de coger agua e intentaremos racionar la que llevamos. Estamos en una zona realmente seca. Dejamos la senda de Cotiella a nuestra izquierda y nos dirigimos hacia el norte por un camino perfectamente balizado en rojo y blanco. Ascendemos dejando atrás los rebaños y la zona de prado, alcanzando un pequeño colladete con un poste indicador. A la derecha hacia el Collado de la Cruz, nosotros giramos ligeramente hacia la izquierda en dirección al visible collado del Ibón. Cantidad de edelweis junto al camino.
Pico LLosa. Nos dirigimos hacia el collado de su derecha
Enfrente, el enorme pedregal de la Peña de las Diez
Por senda GR en dirección al collado del Ibón
Al llegar al collado abandonamos las marcas del GR que nos conducirían al Ibón de Plan o Basa de la Mora. Giramos a la derecha hacia un escarpe rocoso que es lo único que parece romper la monotonía de esta inmensa ladera pedregosa de la Peña de las Diez. Algunos hitos nos conducen hasta el paso que nos da ya entrada a la ladera. Avanzamos por fuerte pendiente, a ratos por senda que se esfuma entre las piedras, otras veces siguiendo la ruta más lógica lo más cerca posible de la cresta, los hitos han desaparecido. Vemos una pareja que desciende penosamente, y es que han elegido el tramo de más pendiente, cortado además por algunas barras rocosas. Buff, que mala pinta tienen. Los observamos con algo de preocupación hasta que alcanzan ya una zona más segura. 
Collado del Ibón. Abandonamos el GR y nos dirigimos hacia las rocas que defienden la ladera
Superamos el escarpe y ya  sólo resta ascender entre la inmensa pedrera
Salimos a la cresta, un poco a la derecha de la primera cota que alcanzamos seguidamente. Entre el pedregal encontramos algunos trozos de uralita. En un principio nos extraña, aunque Rafa, tan perspicaz como siempre, comenta la posibilidad de que se trataran de restos de alguna caseta de observación de la Guerra Civil, ya que estas cumbres vigilan el paso entre los valles de Benasque y Gistaín, compartiendo protagonismo con los episodios de la Bolsa de Bielsa de 1938.
La vista hacia el norte es muy extensa: Enfrente macizo de Posets y más a la derecha Maladetas y Aneto. No nos detenemos, seguimos hacia la Peña de las Once, que se encuentra un poco más al oeste. Un poco antes de llegar a la segunda cima del día nos cruzamos con una pareja que vienen del pico. Nos comentan que han subido desde La Basa de la Mora, y es que es una ruta mucho más frecuentada al ser bastante corta.
Peña de las Diez. A la derecha, la cresta hacia Peña de las Once
Rafa, entre las Diez y las Once. Más o menos a las Diez y Media.
Justo al llegar a la Peña de las Once nuestro reloj marca las 13 h. Teniendo en cuenta que llevamos dos horas de adelante con el horario solar, todo cuadra, son las 11 h. solares, y allí abajo en Plan verán justo el sol encima de nosotros. Curioso de verdad!!!
El paisaje se ha abierto considerablemente, sobre todo hacia el oeste. El macizo de las Tres Sorores se ve magnífico. Al sur, La Basa de la Mora sufriendo los rigores del estío, y sobre sus aguas las paredes calizas de Els Litas y la Peña de la Una. Al norte Posets y Maladetas.
Tres Sorores
Espadas y Posets
Peña de la Una, Els Litás, y debajo La Basa de la Mora
Marta observa la convulsa geología de esta sierra
Valle de Gistaín, con Plan, San Juan y Gistaín
Rafa, Enrique, Marta
Hacia el Valle de Benasque, Maladetas
Todo tiene su fin, y aunque el espléndido día invita a quedarse más tiempo en la cima, hemos de descender. 
Lo hacemos sin problemas, aunque el pedregal es muy incómodo. En un periquete llegamos de nuevo al collado del Ibón, donde encontramos un grupo de Asturianos que se piensan si subir o no. 
Continuamos hacia abajo, dejamos atrás el rebaño y el refugio, donde una pareja de franceses se disponen a pasar noche con intención de ascender Cotiella al día siguiente.
Volvemos a pasar por el ibón y ascendemos penosamente al colladete del Ibón de Armeña. El desnivel acumulado se empieza a notar. Y encima hemos acabado con el agua. Cogeremos líquido en uno de los barrancos que bajan de la ladera norte del Pico Reduno, donde en invierno los aludes se precipitan hacia la Aigüeta de Barbaruens
Descendemos hacia el collado del Ibón
En el collado, de nuevo GR
Circo de Armeña: Reduno, Cotielleta, Cotiella

Vista hacia atrás. Pico Llosa y Peña de las Diez y de las Once
Después de reponer fuerzas y coger agua en el barranco, continuamos ya por el bosque en fuerte descenso hasta la pista. 
Excursión bastante larga, 5 horas de ascenso y 1400 mts de desnivel positivo acumulado. Pero la ruta merece la pena por su variedad. Primero el bosque, luego el ibón y el refugio, los prados y las interminables pedreras para acaban en unas cimas que proporcionan panorámicas de primer orden. Y si a esto añades la buena compañía de Marta y Rafa....
Precipicio sobre la Aigüeta de Barbaruens
10 Agosto 2016. Marta, Rafa, Enrique

2016-07-30

Feixant (2955 mts)

Pico Feixant, desde la entrada al valle de Mulleres
He pasado una pequeña gastroenteritis y no estoy muy allá, me siento muy perezoso para acometer esta exigente ascensión al Feixant (2955 mts). La tozudez de Rafa puede conmigo, y el sábado, después de dormir en Serraduy, emprendemos la marcha desde el parquin situado junto a la boca sur del antiguo túnel de Viella. El Feixant es una montaña imponente que limita los valles de Salenques y Mulleres en la Ribagorza Oriental. Destaca sobre todo la pose que muestra desde el Tuc deth Port de Vielha. Ese día comenzamos a pensar en su futura ascensión. Desde el mismo parquin descendemos unos metros por una pista en dirección oeste, y comenzamos a ascender suavemente, teniendo el torrente a nuestra izquierda. Enseguida penetramos en un espeso bosque de hayas. Ganamos altura poco a poco, dejamos atrás una espectacular cascada, y enseguida  abandonamos el bosque y pasamos junto a un llano. Luego, otra  cascada da paso a un segundo llano, Pleta Nova (2000 mts). Aquí dejaremos el estupendo camino que continúa hacia el oeste hacia los Ibones de Mulleres. Hacemos un descanso y estudiamos la reseña para ver por donde continuar, ya que a partir de ahora nos tendremos que buscar la vida como podamos. La senda se esfuma, y los hitos son testimoniales. Mi estómago no me da muy buenas impresiones, para colmo la niebla cubre las cumbres. Bueno,  nos marcaremos etapas. Estamos en Pleta Nova, y la siguiente será el pie del corredor, ya al pie de la cara norte del Feixant, y luego ya veremos.
Un zócalo rocoso corre de este a oeste a lo largo de toda la montaña dificultando la ascensión a las aparentemente apacibles laderas que se encuentran al pie de la cara norte del pico. Sin embargo es factible superarlo mediante unos corredores herbosos que se sitúan justo al contrafuerte norte que se desprende de la cima del Feixant. 
Tuc del Mig de la Tallada, y Feixant cubierto por la niebla
Ruta seguida desde La Pleta Nova
Pendientes herbosas bajo el contrafuerte N. del Feixant, paso clave para salvar el zócalo rocoso
Una vez salvada esta muralla hemos de avanzar por fuertes pendientes de hierba y rododendros completamente hartos de agua por la lluvia de la noche anterior. La altura de la hierba mojada junto a la fuerte pendiente hacen que este tramo se nos atragante bastante. Por fin la pendiente cede y nos dirigimos hacia el este con la referencia de la morrena que oculta la cubeta donde nace el corredor nevado que hemos de ascender.
Fuertes pendientes de hierba. Ni un hito. Por aquí pasa poca gente
Llegando a la morrena. Al fondo debería verse el Mulleres
La morrena de la Pequeña Edad del Hielo oculta los últimos vestigios de lo que debió ser un glaciar. La cubeta acumula bastante nieve para la época que estamos, aunque supongo que estará bien alimentada por las frecuentes avalanchas de las verticales paredes que la rodean. Vemos también el corredor que según hemos estudiado tiene una pendiente entre 40º y 45º. La primera parte es bastante ancha, pero la segunda se vuelve angosta, y el último tramo hasta alcanzar la brecha de la Tallada ha perdido ya la nieve. 
Hacemos un descanso, nos ponemos los crampones y el casco. También nos colocamos el arnés y sacamos la cuerda para poder utilizarla en cualquier momento. La pendiente del oscuro corredor, la niebla cada vez más cerca y mi estómago me hacen dudar de si merece la pena seguir, pero ahí está Rafa para quitarme esos pensamientos. El hecho es que casi sin pensarlo nos encontramos ascendiendo la pendiente nevada
Buff, que mal aspecto
Preparado para iniciar la ascensión del corredor
Allá vamos
La pendiente es moderada y la nieve no está mal. Ganamos altura con cierta rapidez. Hemos leído que el corredor tiene 200 mts de desnivel, pero de momento se hacen cortos. Llegamos al estrechamiento donde afloran algunas rocas y seguimos hacia arriba. Unos 20 o 30 metros antes de la brecha la nieve desaparece, y aquí viene lo peor, una pendiente de arena en la que es muy complicado proseguir, para colmo las paredes a ambos lados están completamente podridas haciendo rodar multitud de piedras hacia abajo. Los crampones actúan como una excavadora que arranca todo lo que hay bajo nosotros haciendo que sea realmente complicado alcanzar la brecha. ¡Por fin! Brecha de la Tallada, 2650 mts. Un viento helador nos echa una capa de niebla por encima que nos hace tiritar. Algunas gotas se acumulan en nuestras gafas. Apenas vemos la continuación hacia la cima, aunque se intuye y la ladera parece bastante ancha. El problema es que todavía quedan 300 mts hasta la cima. 

Hacia la cima. Dejamos abajo la brecha. Al fondo, entre la niebla Tuc del Mig de la Tallada
La ladera, en un principio es bastante empinada y está cubierta de pastizal. Pronto la pendiente se suaviza y avanza entre pedregal de granito siempre entre la niebla, intuyendo que la cima cada vez está más cerca.
Poco antes de la cima vemos algún hito, posiblemente de salida de alguno de los verticales corredores que se escalan en la vertiente norte en invierno. Por fin llegamos a la cima presidida por un hito. No se ve ni torta, sólo niebla, y eso que la previsión era que al principio de la mañana hubiera nubes pero que se fuera despejando a media mañana. 
Casi 6 horas de ascenso, aunque la verdad hemos ido muy tranquilos y haciendo varias paradas. No había prisa.
Cima del Feixant o Tuc de la Tallada (2955 mts)

De vez en cuando las nubes dejan ver fugazmente el paisaje que nos rodea, momento que aprovechamos para disparar nuestros objetivos. Preferentemente se despeja hacia los lagos de La Vall y Pico Vallibierna. Hacia el norte, zona Mulleres no tuvimos visión en ningún momento.
En el centro Pico Vallibierna y lagos Negre y Cap de la Vall. Entre la niebla pico Russell
Hacia el este: Tuc del Mig de la Tallada
Después de casi una hora en la cima alternando nieblas con algunos claros iniciamos el descenso por el mismo itinerario. En el collado hemos dejado los piolets y crampones, y hacia allí nos dirigimos llevando en el pensamiento lo que nos deparará el descenso de las arenas movedizas del primer tramo del canalón. Casi sin darnos cuenta hemos descendido la ladera y nos encontramos en la brecha. A nuestra derecha vemos un extenso nevero y el Ibón de la Tallada. Es la ruta sur hacia el Valle de Salenques, que según he leído no es muy recomendable.
No sabemos si poner crampones pues pensamos que igual arrastramos menos piedras sin ellos. Por fin decidimos ponerlos y evitar hacerlo en el corredor, un lugar más comprometido.
Rafa observa el elegante Tuc del Mig
Me asomo a ver el fondo del corredor. Más allá el valle de Mulleres
Desde la Brecha, mirando hacia el valle de Salenques. Según dicen itinerario no muy recomendable
En la brecha, dispuestos a descender el corredor
Como nos temíamos el inicio del descenso es penoso. Bajo nuestros crampones las piedras ruedan y alcanzan una velocidad endiablada hacia el corredor. Bufff, que nervios. Llevamos un cordino, pero dónde asegurar, si está todo podrido. Estos 20 o 30 metros se nos hacen eternos. Ojalá hubiéramos hecho la ascensión hace unas semanas, cuando seguro la nieve no se interrumpía hasta la brecha.
Por fin alcanzamos la nieve y respiramos aliviados; aún así la pendiente nos obliga a descender de cara a la pared.
Descenso muy delicado hasta la nieve
Descendiendo cara a la pared. Parece que la pendiente ha aumentado en el descenso.
Cuando el corredor se ensancha continuamos descendiendo de cara a la pendiente. En un momento Rafa pierde el equilibrio y comienza a deslizarse pendiente abajo sin poder frenar, cada vez más rápido. Por fortuna no pierde la posición y al final logra detenerse. Aún así calculamos que ha caído más de 40 mts. En el tobogán se ha ido topando con algunas piedras de pequeño tamaño. Un susto que por fortuna no tuvo mayores consecuencias que unas cuantas heridas en ambas piernas.
Momento antes del resbalón
Bueno, sólo ha sido un susto
Abandonamos la morrena y nos dirigimos al oeste, hacia el contrafuerte N. del Feixant. Afortunadamente ahora sí la meteo ha mejorado y tan sólo quedan algunas nubes en las cimas. Descendemos el corredor herboso y llegamos sin más sobresaltos al llano de Pleta Nova. Ya en el buen camino que recorre el valle de Mulleres sentimos que hemos vuelto a nuestro mundo. Nos relajamos junto al río antes de proseguir el descenso. Varios grupos de montañeros circulan por este valle, posiblemente vienen del cercano Mulleres.
Iniciamos el descenso por el valle en lo que es la última y más relajada etapa del día. Disfrutamos del sendero, las atrevidas cascadas y el bosque de hayas antes de llegar al parquin.
Pleta Nova. Se acabaron las dificultades
En primer término el zócalo rocoso. Detrás el Tuc del Mig, la brecha y el Feixant
En el bosque, poco antes de acabar la excursión
El Feixant es un pico exigente, no por su dificultad técnica sino por su compromiso.  A partir de Pleta Nova tienes que crearte el itinerario, eso sí, es bastante evidente. En nuestro caso, la niebla le dio todavía un punto más de dificultad sicológica. Aún así acabamos realmente satisfechos. En las últimas salidas habíamos hecho otro tipo de montaña mas suave, pero el Feixant nos proporcionó un "placer" que ya casi habíamos olvidado.
De todas formas creo que esta montaña se puede hacer en un mes de junio o primero de julio con nieve hasta la salida del corredor con mucha más seguridad. Afortunadamente es poco visitada, porque no me quiero imaginar la lluvia de piedras en el canalón con varias cordadas.... Y es que esos 45 mts que le faltan al Feixant para entrar en el club de los tresmil  le quita muchos visitantes.

23 Julio 2016. Rafa, Enrique
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