La reseña de Quique
Se despide y nos quedamos sólos. Preparamos el consabido café, sacamos fotos, dos chovas nos sobrevuelan constantemente. ¡Qué felicidad! Hace veintiun años subimos este mismo pico, con Juan Luis y Pinchopellejo: cuántas cimas, cuántos momentos.
Jon desaparece poco a poco por la cresta Oeste. El día es magnífico. Hacia el Oeste vemos Ezkaurre, Orhi, Txamantxoia. Al norte, y pegado a nosotros, el Mallo de Acherito, y más atrás, Ansabere, Billare, La Mesa de los Tres Reyes, Anie. Al Este todo el Pirineo Central, y al sur la cresta de los Alanos con su aspecto dolomítico, muchos de ellos ascendidos en otras ocasiones.
Comenzamos el regreso, pero lo hacemos por la cresta O. Algunas cornisas de nieve adornan esta ancha loma. Hemos descendido ya unos 200 m. y abandonamos la cresta hacia la izquierda en busca de nuestras huellas que vemos más abajo.
Estamos en Zaragoza, 17 de Febrero, miércoles. Asistimos Rafa y yo a una charla en el Club Alpino Universitario sobre meteorología y nivología impartida por Jorge García-Dihinx. Domingo 20, en carretera, cerca de Huesca, son las 6:30 h. y todavía no hemos decidido dónde ir de excursión. La charla del miércoles nos hace replantearnos algunas cosas.
Pensamos ir al Balneario de Panticosa, pero ha nevado durante toda la semana y el nivel de aludes es 3. Seguimos los consejos del creador del blog ¨lameteoqueviene¨ y decidimos ir a una cara Sur. Elegimos Zuriza, en el Valle de Ansó. Comenzamos la marcha junto a la barrera de la pista de Gamueta, nos calzamos las raquetas y para arriba.
Atravesamos en la misma dirección el bosque de Gamueta, precioso y reconocido hayedo. La nieve alterna con hojarasca del último otoño, aunque nosotros seguimos con las raquetas puestas. Salimos del bosque y enfilamos hacia una loma, desde la cual vemos parte del recorrido, y el fondo del valle con el Mallo Gorreta, Anzotiello, y Quimboa.
Hemos subido demasiado y tenemos que descender unos metros para pasar junto a un refugio. En vez de ir hacia la ancha cresta oeste, tomamos una especie de valle colgado entre la cresta y el fondo del valle principal. Avanzamos cómodamente, siempre hacia el Este, siguiendo una traza de esquí. A nuestra izquierda vemos ya la cima en la que hay un grupo de montañeros. Siempre siguiendo la huella tomamos ya dirección NE al mismo tiempo que la pendiente aumenta, pero en ningún momento es suficiente para tener que descalzarnos las raquetas.
Llegamos a la cresta unos metros al Oeste de la cima del Chinebral de Gamueta (2312), la cual coronamos 3 h y 50 minutos después de la salida.
Encontramos a Jon, el último del grupo que habíamos visto en la cima poco antes. Hablamos con él de montaña, de blogs, de poesía. Nos promete visitar nuestro blog y enviarnos una poesía euskaldun.
Se despide y nos quedamos sólos. Preparamos el consabido café, sacamos fotos, dos chovas nos sobrevuelan constantemente. ¡Qué felicidad! Hace veintiun años subimos este mismo pico, con Juan Luis y Pinchopellejo: cuántas cimas, cuántos momentos.
Jon desaparece poco a poco por la cresta Oeste. El día es magnífico. Hacia el Oeste vemos Ezkaurre, Orhi, Txamantxoia. Al norte, y pegado a nosotros, el Mallo de Acherito, y más atrás, Ansabere, Billare, La Mesa de los Tres Reyes, Anie. Al Este todo el Pirineo Central, y al sur la cresta de los Alanos con su aspecto dolomítico, muchos de ellos ascendidos en otras ocasiones.
Comenzamos el regreso, pero lo hacemos por la cresta O. Algunas cornisas de nieve adornan esta ancha loma. Hemos descendido ya unos 200 m. y abandonamos la cresta hacia la izquierda en busca de nuestras huellas que vemos más abajo.
La pendiente se acentúa, por lo que nos quitamos las raquetas. Llegamos al fondo del valle. De nuevo el bosque de Gamueta, pero en vez de ir a buscar la pista, seguimos por un sendero balizado que nos deja en la carretera 2 h. 30 min después de abandonar la cima. Han sido 1100 metros de desnivel. Un gran día de montaña invernal.
Hay que ver cómo cambia esta zona con nieve, preciosas esas cornisas afiladas. Estuve una vez en octubre y nada que ver, aunque el bosque de Gamueta estaba espectacular
ResponderEliminarUn dosmil muy relajante. El día fantástico. La compañía también. Hacía muchos años que no estaba en Zuriza, y me ha encantado. Volveré, sin duda.
ResponderEliminarLos montañeros estáis hechos de otra pasta, estoy segura, hay que tener mucha resistencia y mucho valor para escalar esas montañas, y más aún cubiertas de nieve.
ResponderEliminarPero también estoy segura de su recompensa, imagino lo que se tiene que sentir al encontrarse ante esa grandeza y esa belleza de las montañas y de los bosques.
Seguid disfrutando de vuestra pasión pero tened mucho cuidadito.
Un abrazo enorme, Rafa, también para tus amigos.
"Cuántas cimas. Cuántos momentos" Cuánta vida! No la cronológica sino esa de la que nadie debería perderse y vosotros compartís.
ResponderEliminarUn abrazo, Rafa.