Acué o Gabedaille (2258 mts)

Desde la cima, Aspe, Llena Garganta, Llena del Bozo. En primer término Ibón de Estanés

El Acué o Gabedaille es una gran montaña, aunque su altitud diga lo contrario. Se encuentra en el cordal fronterizo, al norte de la Sierra de Secús, y alzándose más de 1000 mts sobre la Gave d’Aspe. Es el pico más elevado desde que la divisoria de aguas pierde los 2300 mts, allá por el Petrechema. Fernán me había comentado su interés por ascender esta montaña, Rafa se apunta a todas, y Edu, a última hora se anima también. Es una buena ascensión en esta época caninular, en la que los desniveles de más de 1000 mts. se pueden atragantar. Iniciamos la marcha en el bonito bosque de Espelunguère, sobre 1300 mts, al que se accede por estrecha carretera desde Forges d’Abel, en el Somport francés. El sendero asciende por el bosque, cruzando repetidamente una pista, hasta que por fin se eleva al norte hasta un pequeño colladito que da acceso a la Montaña de Couecq. Hasta aquí hemos compartido el camino hacia el Refugio y lago de Arlet, pero ahora dejaremos este itinerario a la derecha y avanzamos por tramos de senda discontínua entre campas herbosas hacia el oeste, donde ya es visible el collado de Acué.

Bosque de Espelunguère

Tras un pequeño collado aparecemos en la Montaña de Coueq

Hacia el collado de Acué, y a la izquierda la cara E. del Pico

Zona pastoril

Cerca del collado de Acué

A la derecha van quedando algunas explotaciones ganaderas. En un momento determinado compartimos la pista de acceso a alguna de estas cabañas, para seguir después por la ladera enlazando hitos, siempre al oeste al cada vez más cercano collado, y a su izquierda la escarpada vertiente este de nuestra montaña. Un rebaño de ovejas ocupa el ancho paso, que tras franquearlo nos enseña la vertiente oeste, con las emblemáticas cumbres de Zuriza al fondo, y un poco más cerca el monumental Castillo de Acher. El valle de Guarrinza, y el Refugio de La Mina a nuestros pies.

Collado de Acué. Iremos hacia el collado de la derecha para acometer la loma oeste

Vista hacia Castillo de Acher

Hacia el oeste. Guarrinza y cumbres de Zuriza

Hasta las ovejas ponen su toque de color

A la izquierda tenemos ya el acceso a nuestra montaña, cuya ruta nos la va mostrando un numeroso grupo de franceses que nos llevan la delantera. Una suave ladera herbosa nos lleva en dirección sur hasta la loma oeste que se desprende de la cima. Al alcanzar un escueto collado nos asomamos ya a la vertiente sur, espectacular. Aspe, Llenas de Garganta y del Bozo, y detrás toda las cumbres de Bernera. Enfrente, en primer plano, el Ibón de Estanés, y sobre el la Sierra de Secús, apareciendo tras ella, el Bisaurín.

Avanzamos al pie de la montaña hacia la loma oeste

Ya estamos en la loma. Al fondo el Pico Acué

Vista hacia el sur. Aspe y cumbres de Bernera

Como todos los franceses han iniciado la subida a la cima, aprovechamos para esperar un poco en este balcón, y luego poder estar tranquilos en la cumbre. Cuando vemos que empiezan a bajar, iniciamos la subida, tan solo 100 mts de desnivel nos separan de la cima. En el ascenso nos cruzamos con el grupo, que ya nos advierten que la cumbre está llena de insectos. No hay más que ver sus gorros llenos de bichos. Bueno, nosotros a lo nuestro. Un colgado sendero sobre la empinada pendiente nos acerca a la cúspide, que alcanzamos trepando unas fáciles rocas rojas, tan comunes en esta zona. Efectivamente, tal como nos habían avisado, nos topamos con una plaga de hormigas voladoras que cubren todo el suelo, y que se pegan a nuestros sudadas camisetas. A mí se me meten por el cuello y noto picotazos por la espalda.

Panorámica (Gran Angular). A la izquierda Aspe, centro Bisaurín, derecha Castillo Acher

Hacia la cima

Vista atrás. Punta Agüerri y Castillo de Acher

Cima. Se aprecian los insectos revoloteando

Sacamos cuatro fotos y nos vamos pitando para abajo. Una pena, pero aquí no hay quien esté. Camisetas, gorros, todo lleno de hormigas voladoras. Conforme descendemos por el mismo itinerario, afortunadamente los insectos van desapareciendo. Al llegar al colladito de la loma oeste, descendemos a la izquierda por lomas herbosas empinadas hasta llegar a un curioso barranco que esculpe las curiosas rocas rojas. Lo cruzamos y seguimos hasta otro idéntico, el cual descendemos un trecho, para salir luego a la izquierda a un rellano herboso, desde el que vemos el llano de la Frontaza, donde un extenso rebaño de vacas está pastando y su derecha quedan los meandros de Aguas Tuertas.

Comenzamos el descenso

Vista hacia el este. Destaca el Midi d'Ossau. Abajo se ve la carretera del Somport

Seguimos hasta el collado al pie de los resaltes rojos

Descendemos hacia los barrancos rojos. El primero lo atravesamos

Abajo, Aguas Tuertas y Guarrinza

Descendemos este segundo barranco y luego salimos a las praderas del otro lado

Con la referencia del llano vamos trazando diagonales en la pendiente, y esquivando algún pequeño barranco. Tras 500 mts de descenso llegamos al llano, donde enlazamos con el GR. Curiosamente, este llano constituye la divisoria de aguas, que no la frontera, ya que desde que pasamos el collado de Acué hemos discurrido enteramente por España.

Aguas Tuertas

Vamos para abajo, buscando el mejor itinerario...

Collarada asoma por detrás

Llano de la Frontaza. Enlazamos con el itinerario balizado

Avanzamos hacia el este por el GR, aunque enseguido lo abandonamos a la derecha, y continuamos descendiendo hasta atravesar el Paso de Escalé, entrando de nuevo en Francia, y alcanzando el Bosque de Espelunguère y cerrando el círculo. Es poco antes de las cuatro de la tarde y el calor aprieta de lo lindo. En Villanúa, parada e hidratación, que buena falta hace.

Estamos en la divisoria de aguas. Esta irá al Atlántico

Paso de Escalé

Y al final todos contentos

Bonita circular con ascenso a un mirador excepcional. Una de las denominadas “montañas de vacas”, por lo menos en verano. Y efectivamente, lo es, sobre todo en la parte francesa, en la montaña de Couecq, varias explotaciones de Vacas, Ovejas, e incluso colmenas, nos muestran esta zona pastoril, que todavía se encuentra en pleno apogeo. El colorido de estos parajes es único, verdes praderas, montañas rojizas, meandros. Un paraíso geológico.

Mientras escribo esta reseña sigo rascándome, sobre todo cuello y espalda. He hablado con Fernán, y lo mismo. Rafa dice que nada, que igual es inmune. Y de Edu no sabemos nada…, el pobre iba con pantalón corto. Y eso que en google dice que no suelen picar….