Anais P. Layed me regaló este poema |
abrazándome ambos, junto al murmullo herido
de una intensa tormenta de hojas amarillas
esparcidas por el viento.
Estoy cansada del camino, Ainielle.
Me empalaga la soledad aullante de tus árboles,
el aroma húmedo del vacío.
Las ardillas se esconden asustadas
en el cielo sangrante de mis miedos.
Muy bonita la poesía, y las fotos. Recuerdo con cariño mi visita a Escartín y Ayerbe de Broto, cerca de Ainielle. Recuerdo ese fantástico libro de Julio Llamazares...Cualquier día me gustaría perderme de nuevo por el Sobrepuerto.
ResponderEliminarBello, muy bello el regalo que te hizo Anais y comprendo perfectamente ese cielo sangrante de sus miedos aunque también estoy seguro de su deleite en el camino. Las fotografías son preciosas y tu Anais, una amapola entre florecillas amarillas.
ResponderEliminarAcabo de regresar del Camino de Santiago y he agradecido mucho tu comentario en mi blog.
Un abrazo.
Me gusta ese sol que cuentas, esas hojas amarillas esparcidas por el viento..., muy bello Anais.
ResponderEliminarLas fotos son preciosas, espero que hayáis disfrutado del viaje.
Besos, Rafa, y también para ti, Anais.