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Bernera, desde Lizara |
Anticiclón eterno, sol a raudales y por supuesto, las estaciones de esquí a
tope, y por tanto sus accesos colapsados. Huimos de estas carreteras y nos
dirigimos hacia Lizara por la carretera de Los Mallos, como le llamamos
nosotros, “territorio sagrado”. Tras el preceptivo almuerzo en Puente La Reina,
donde coincidimos con David Naval y compañía (buscando bucardos) nos dirigimos al
refugio de Lizara. Al llegar, nos damos cuenta de que algo raro pasa, no
podemos ni acceder con el coche, teniendo que dejarlo de mala manera en la
cuneta, unos 200 metros antes del refugio. Los accesos están bloqueados por un
montón de vehículos.
Mientras preparamos el material entablamos conversación con
la vecina de parquin. Va sola, y lleva la idea de ir a Bisaurín, pero cuando le comentamos que vamos a
Bernera, se anima y solicita venir con nosotros. No problem, rápidamente adoptamos
a Marina la pamplonica, y en un
periquete, tras calzarnos los crampones, emprendemos la marcha por el GR hacia el
collado del Bozo.
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Primeras rampas. Atrás queda el Bisaurín |
El itinerario está jalonado de banderines rojos. Por delante
de nosotros un buen montón de esquiadores ascienden hacia el collado. Está
claro que hay competición o algo parecido, por eso el atasco de coches…Vamos
siguiendo las zetas de los esquiadores, ascendiendo muy cómodamente y
disfrutando de las suaves pendientes.
A nuestra izquierda la barrera rocosa sobre la que se sitúa
la cima de Bernera, y también la curiosa Chimenea
del Estrato, que ascendimos hace años.
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Punta Alta de Napazal, y en sombra la Chimenea del Estrato. Al fondo a la derecha el collado del Bozo |
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Rafa nos saca esta foto a Marina y a mí |
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Llegando al Collado del Bozo |
Casi sin darnos cuenta hemos llegado al collado, dando vista hacia el este a la bonita Llena del Bozo, que apenas deja sitio para entrever a sus vecinos Llena de la Garganta y Aspe. Más lejos, Collarada deja ver su figura inconfundible.En el collado hay tres personas con chalecos fosforitos. Nos dicen
que son de un club de Durango, y han organizado una marcha no competitiva de skimo hasta el Pico Olibón. O sea, que de momento seguimos con una buena huella, que nunca estorba.
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Collado del Bozo. Zoom al Llena de la Garganta |
Proseguimos a la izquierda realizando un flanqueo bajo las paredes de la Punta Alta de Napazal, siguiendo los banderines, lo cual es muy relajante. Cuando acabamos el flanqueo, junto a una gran roca realizamos un pequeño descanso. Comemos algo y nos hidratamos, pues el sol calienta bastante. Momento en el que una pareja nos alcanza, son Jordi y Cristina, de
Lérida, y un precioso samoyedo llamado Balú. Llevan la misma idea que nosotros,
ascender Bernera y bajar directamente al Valle de Castillones haciendo una
circular. Continuamos la marcha los cinco, y tras descender unos metros al fondo del valle superior de Aísa, damos vista ya al Pico Olibón, que destaca sobre los demás. Un poco después abandonamos la ruta balizada y giramos a la izquierda por una empinada pala de nieve, en la que afloran algunas rocas. Este primer tramo tiene una pendiente considerable.
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Flanqueo bajo la muralla de la Punta Alta de Napazal |
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Giramos a la izquierda hacia el valle situado entre los dos Berneras |
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La pendiente se acentúa. Abajo queda ya el valle superior de Aísa |
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Al fondo del valle destaca la Ruabe del Bozo |
La pendiente se suaviza al llegar a un circo superior formado por Bernera al sur y Ruabe de Bernera al norte. El sol calienta esta vertiente este y la nieve se va ablandando, así que Rafa y yo pasamos a raquetas al entrar este circo inmensamente blanco. A nuestras espaldas, la Llena del Bozo va adquiriendo la relevancia que se le presuponía.
Marina y yo vamos por delante, detrás Cristina y Jordi, y Rafa, que tiene un problema con la vista, ya que se le ha metido algo de crema solar en los ojos, se queda algo descolgado, pero dada la amplitud del circo, en todo momento nos vamos viendo. Balú va por libre.
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El Bernera va tomando forma |
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Jordi, y Llena del Bozo |
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Rafa |
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Viendo lo que nos queda hasta la cima |
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Aquí se aprecia la magnitud de este valle colgado |
Llegamos al collado que nos separa de la cumbre, a la que llegamos
seguidamente por una campa de nieve muy dura. La cima es una gran llanura defendida por una
potente muralla. La vista sobre Bisaurín es fantástica. Coincidimos allí con dos esquiadores, uno de
ellos con acento italiano, con el que charlamos de montaña y de perros. Nos
cuenta que siempre ha ido solo a la montaña, bueno, solo no, con su perro que
le acompañó siempre en sus aventuras, incluso en escaladas y ferratas. Nos
habla de que ya no podrá hacer más escaladas con él. Lo relata con mucha
ternura. Mientras tanto Balú no dejaba de mirar nuestros bocatas. ¡Que peligro!
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Llegando al collado |
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Y a la cima |
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Rafa, últimos metros |
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Jordi y Cristina |
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Ambiente distendido |
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Rafa y Enrique |
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Balú, Cristina y Marina |
Repasamos el rosario de cimas que se ven desde aquí. Una grandiosa vista
de todo el Pirineo Occidental. Jordi, viendo que los otros dos esquiadores van
a descender por la misma ruta que nosotros, propone que adoptemos temporalmente
a Cristina, y así él puede descender acompañado. Dicho y hecho, Jordi desciende con los otros dos, y acompañado de Balú. Nosotros bajaremos con
Cristina y Marina. Nos ponemos crampones, ya que esta vertiente oeste, por
donde descenderemos, está poco soleada y es empinada.
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Vista hacia el Pirineo más occidental. Destacan Mesa Tres Reyes y Anie |
Seguimos algunas huellas, pero no tiene pérdida. En un
principio, la nieve bastante dura hace que bajemos con cuidado, pero sin
problemas, salvo algún pequeño resbalón, y mi piolet, que al cambiar de mano,
se escurrió unos metros ladera abajo. Sin más. Los últimos metros, ya al sol,
tienen algún tramo empinado y estrecho antes de desembocar en el tapado
barranco de Castillones, que desciende desde Plana Mistresa. Cruzamos el
barranco y enlazamos con el GR que une Lizara con el Valle de Los Sarrios. Unos
metros más arriba queda el curioso refugio de Forestales, que parece una pagoda. A partir de aquí, el
camino, con una nieve muy blanda y triturada se hace bastante penoso.
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Descendemos por la cara oeste. Al fondo Bisaurín |
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Bernera. De allí venimos |
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Ya en el Valle de Castillones. Al fondo Cúpula de Secús y Liouvielle |
Dejamos atrás el refugio de Oldacua y después de atravesar
un bosquecillo salimos a un alto donde divisamos ya a nuestros pies el refugio
de Lizara. Rafa y Cristina nos han cogido la delantera y llegan unos minutos
antes. Desde arriba, Marina y yo los vemos junto a Jordi y Balú ya en el
refugio. Nosotros llegamos poco después.
Nos hidratamos,
charlamos un poco, y nos despedimos. Ha sido un gran día. De los que se
recuerdan mucho tiempo.
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Refugio Oldacoa |
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Cristina, Jordi, Marina, Enrique, Rafa |
Rafa y yo, aún nos detenemos en Aragüés, donde encontramos
abierto el bar Bisaurín. Nos tomamos unos carajillos de Bailys. Al otro lado de
la barra, Ester, gente encantadora, con
la que charlamos animadamente un buen rato. Por fin, con gran pereza
emprendemos el viaje de vuelta por “el territorio sagrado”, prometiendo a Ester
que la próxima vez que vayamos por este precioso valle repetiremos el estupendo
carajillo junto a la estufa redonda que preside el local. A lo mejor es pronto,
porque ya ponemos en cartera la circular al Bisaurín subiendo por el Norte y
bajando por la ruta normal del Sur. ¿Quién se apunta?
Un día inolvidable, una ascensión deseada hace mucho tiempo.
Una grata compañía, y una lástima no haber podido charlar un buen rato en el
refugio con Jordi, Cristina, Marina, y el italiano (creo que se llamaba
Martin).
Malditas prisas.
24 febrero 2019. Marina, Cristina, Jordi, Rafa, Balú, Enrique
Track de la ascensión
Hola pareja!! Me alegró vernos en Puente la Reina. Veo que aprovechasteis bien el día. A seguir bien, un abrazo.
ResponderEliminarHola, David,un placer porque no es la primera vez que nos encontramos, a ver si una próxima compartimos cumbre. Abrazos
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarNo he subido nunca a Bernera, pero me ha parecido una buena opción, saliendo de las habituales de la zona como el Bisaurín.
Leyendo la reseña, parece una circular sencilla, pero después viendo los datos del track, sale un desnivel que para invernal está bastante bien.
Tomo nota, un saludo
Pues te recomiendo que la hagas. Es preciosa y siempre huyes un poco del saturado Bisaurín. En cuanto al desnivel acumulado, veo que el gps nos hizo algún extraño en el descenso, porque prácticamente es todo hacia abajo excepto una pequeña subidita ya cerca de Lizara. Esta circular no creo que tenga más de mil metros de desnivel. Muy llevadera
ResponderEliminarUn saludo