Muy cerca del Monasterio de Obarra, en el valle del Isábena, se encuentra la vía ferrata más dura de Aragón, así coinciden las varias reseñas que ya se han publicado en internet, a pesar de llevar sólo 10 meses inaugurada, desde septiembre de 2012.
Con esta presentación, nosotros fuimos allí como si la conociéramos de siempre y no nos decepcionó ni a Javi ni a mí. Con un desnivel total de 350 mts, la ferrata tiene su inicio, bien señalizado, nada más pasar el Monasterio y junto a la entrada del túnel. Se puede aparcar en un apartadero a la derecha, poco después del desvío a Ballabriga, que será nuestro camino de vuelta. El punto más peligroso de la ferrata es su comienzo, a la salida de un túnel en curva, con poca visibilidad y arcén estrecho ¿será la más dura por eso?
La vía se divide en cuatro tramos bien diferenciados. El primero de ellos, dicen que el más fácil, está muy equipado con grapas abundantes y algún paso corto de escalada, aunque la verticalidad y ligeros desplomes, sin llegar a agobiar en ningún momento, anticipan lo que vendrá más arriba. Tendrá unos 100 mts de desnivel que no se hacen pesados.
En el tramo I alternan cornisas terrosas con zonas de roca mediocre, teniendo que estar atentos a no tirar piedras si vamos en grupo.
Todo el tramo I está equipado con reuniones rapelables que se alcanzan por segmentos de sirga, marcados con rectángulos blancos, como el que se ve en la foto.Conforme ganamos altura, llegamos a una pendiente terrosa que se supera andando con ayuda de una cadena.
Ahora viene una última pared vertical pero a la sombra con lo que termina este primer tramo. A continuación subimos andando por sendero marcado con hitos un desnivel de casi 100 mts para terminar, sin nada reseñable, este tramo II.
En la foto se ve el final del tramo II, siendo posible abandonar la ferrata por un sendero de escape, marcado con hitos, a trozos muy empinado, que llega hasta la carretera.
El comienzo del tramo III no engaña, muy vertical y desplomado con la particularidad que el cuerpo tiende a caer hacia la izquierda y la sirga se encuentra a la derecha. Es necesario estirarse y tirar de brazo. De este tramo no hay fotos porque llevábamos una cámara reflex grande, de las que necesitan dos manos para sujetarla y necesitábamos las dos manos para sujetarnos a nosotros mismos. Más arriba la pared, menos lisa, requiere pasos de escalada, bien porque no hay grapas para las manos o porque faltan para los pies, sin olvidar que estamos en una ferrata y la dificultad siempre está muy controlada.
Este tramo III tiene unos 90 mts de desnivel.
El techito de la foto se salva con una travesía a la izquierda, y no será la última. En mi opinión, los pasos más difíciles son las travesías, muy aéreas, con grapas escasas y/o alejadas donde hay que estirarse y vencer la tentación de no agarrarse a la sirga de seguridad mientras los pies los tenemos que sujetar en adherencia.
El tramo III termina en el primer puente que alcanza directamente la cima de la Aguja de 1313 mts.
La cima de la pequeña Aguja permite un ligero descanso disfrutando de las vistas.
Es ese momento aparecen las dos únicas personas que nos vamos a encontrar en todo el recorrido. Como nosotros vamos tranquilos, les dejamos pasar.
Contemplamos todo el tramo IV que nos espera, también con un desnivel de 90 mts. Vemos la antecima, la verdadera cima está detrás, en la otra aguja.
Para abandonar la cima hay que descender 10 mts y llegar a la segunda pasarela. Tanto para llegar como para salir de esta aérea aguja, utilizamos pasarelas.
Para alcanzar la pasarela hay que hacer otra travesía aérea con pocas presas y pasar por el tronco de un árbol, teniendo que agacharse para pasar por debajo del cable de vida.
El tramo IV, el más espectacular, discurre por la cara que veíamos desde la aguja con tendencia no a subir directo a la cima sino trazando una atrevida diagonal a la izquierda y encontrando las travesías más comprometidas de la ferrata.
Llegar al puente tibetano, a pesar de su único cable, es un alivio y se pasa muy fácil. Sombra tibetana
Y por fin la cima de la Aguja de la Croqueta, increibles vistas desde sus 1396 mts.
Como una constante, las vistas del Monasterio de Obarra, cada vez más abajo, nos acompañan durante todo el recorrido.
En la cima efectuamos un descenso medio andando medio destrepando asegurados por la sirga hasta el collado, Paso de la Croqueta, donde encontramos las señales del GR 18.1 que nos llevan a Ballabriga (en la foto) en 20 minutos y siguen hasta la carretera y el coche.
Desde Ballabriga, vistas de la Aguja de 1313 mts, se aprecia la pasarela de llegada, las dos Agujas principales, cima y antecima, de la Croqueta de Obarra.
Y disfrutando de la visita al Monasterio, terminamos este día de San Fermín con un baño en el río.
7 Julio 2013. Javi, Rafa.
¡Qué guapa se ve la ferrata!
ResponderEliminarPasar los dos puentes y, sobre todo, el "tibetano", cuatro cables y prau
¿Has hecho la de Foradada del Toscar?
PAQUITA