En la Sierra de Guara, si tuviéramos que recomendar un descenso de barranco, sin duda sería el del río Formiga, pues tiene de todo un poco: estrechos, sifones, rappeles, saltos, badinas, toboganes … lo que, a la vez, es un inconveniente porque se producen aglomeraciones y no falta en el catálogo de ninguna empresa de deportes de aventura. Nada de esto le preocupa a Dani, que lo de bajar barrancos le gusta mas que lo de subir montañas, aprovechamos un día caluroso y nos vamos para allá.
El acceso es desde una curva pronunciada que cruza el río Formiga en la carretera que une los pueblos de Aguas y Bastarás. Hay parking y señalización.
Primero remontamos el rio por su margen izquierda, llegamos a un azud hecho con sacos, pronto la senda va tomando altura por los paredones del barranco mientras vamos viendo cómo es el final del recorrido.Ganando altura entre abundante vegetación, pasamos por una gran oquedad en la roca utilizada antaño como abrigo para el ganado, es la Cueva de las Polvorosas.
En todo momento podemos ver muy abajo el cauce del barranco para hacernos idea de lo que no espera.
Cuando ya casi hemos llegado, las cornisas se hacen más estrechas y aéreas pero seguras porque hay pasamanos con sirgas para proteger el avance. Al final de la sirga, destrepamos un poco para alcanzar una instalación de rappel, unos 8 mts, que nos permite bajar al cauce. Llegar aquí nos ha costado unos 50 minutos contando con las paradas para hacer fotos y la visita de la cueva, si no, en media hora se llega.
Pronto llegamos al primer rappel de 8 mts, después hay otro de 7 mts, más saltos, sifones y toboganes divertidos, recorrido variado, húmedo y fresco entre las estrechas paredes donde no llega el sol a esas frías aguas.
Del tercer rappel no tenemos fotos ... son seis metros y Dani, sin pensarlo, se tira de un salto mientras yo busco la instalación para pasar la cuerda. Dani me insiste para que yo también salte, claro, ¡¡ como el ya está abajo !! como me cuesta decidirme, que yo soy más de subir que de saltar, lo resuelvo tirando la cuerda ... y saltando despues.
A partir de este punto, con más tranquilidad, se suceden los resaltes, toboganes, pozas y badinas hasta que el cauce gana anchura y las aguas se vuelven mansas.
El barranco tiene un recorrido de kilómetro y medio con 90 mts de desnivel, se tarda de dos a tres horas para descenderlo, haciéndolo sin prisas y disfrutando de la actividad.
Vaya recuerdos!!! lo pasamos muy bien ese día. Es la suerte de tener un padre montañero. Después de leer esta reseña y recordar punto por punto dan ganas de repetir.
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