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Subiendo al collado de la Ribereta. Ibón de Pardines |
Después de varios años hablando de ello, por fin nos disponemos a realizar la travesía circular que partiendo del Santuario de Guayente, en el valle de Benasque, se introduce en la Aigüeta de la Ball, atraviesa el collado de la Ribereta y tras descender a la cuenca de los Ibones de Barbarisa prosigue valle abajo hasta Sahún y de nuevo a Guayente.
Queremos que nos se nos haga muy tarde pues llevamos idea de volver a comer a casa. Nada más llegar al parquin nos topamos con un panel informativo sobre la travesía. Madre mía!!!, 9 horas y media, 20 km y 1600 mts de desnivel. Bufff. Y encima el tiempo, no parece muy claro...
Comenzamos la marcha a las 7,45 h. Sendero perfectamente marcado que toma altura rápidamente por bosque, para aparecer ya colgados sobre el embalse de Linsoles. A la derecha, bastante abajo vemos la Aigüeta de Eriste. Nuestra ruta sigue por la ladera valle arriba buscando el entronque de la Aigüeta de la Ball con la de Eriste, aunque bastante elevados sobre ella. Un duro repecho nos deja ya en la vertiente que buscamos, al tiempo que nos introducimos en un espeso bosque de pinos.
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Embalse de Linsoles |
Estamos ya en nuestro valle, aunque el río circula bastante por debajo. La pendiente se ha moderado y la marcha se hace más agradable. Poco a poco el ruido del agua nos indica la proximidad al cauce. Una palanca de madera nos permite pasar a la vertiente izquierda, al tiempo que la pendiente se anima de nuevo. Llegamos a una zona de antiguos prados donde la precaria cabaña del Vaquerisal (1800 mts) nos traslada a otros tiempos donde el ganado pastaba por estos lugares. El sendero pasa aquí junto al río y nos permite aprovisionarnos de agua. El calor aprieta de lo lindo y llegamos un ritmo bastante vivo.
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Cruzamos a la margen izquierda |
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Cabaña de Vaquerisal |
Ahora una fuerte subida de 200 mts nos sitúa ya en la parte superior del valle y nos deja ver al fondo, pero muy al fondo el collado de la Ribereta. Llevamos ya 2 horas y media, nos queda la tira, y encima el cielo se está poniendo bastante negro. Podemos dar media vuelta o seguir, aunque dentro de poco entraremos en la zona de No Retorno. Seguimos, nos espera una zona llana muy larga, por la que no subiremos ni un metro. Primero por unos prados amarillentos, una zona donde curiosamente el cauce está seco, luego una pradera de un verde precioso, que yo creo que es lo que se denomina Pleta de la Ball. Aquí cruzamos de nuevo a la vertiente derecha y comenzamos a ganar altura tímidamente. A nuestra derecha vemos descolgarse la cascada que desciende de los lagos de Bagüeña. Es la ruta de los Eristes.
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Mirando hacia el Collado de la Ribereta, muy alejado |
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Plleta de la Ball |
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Cascada procedente de los cercanos ibones de Bagüeña |
Nos encontramos ahora a 2200 mts de altura, a nuestra izquierda se abre un pequeño valle entre los picos de Bocs y Cierco, y justos en la confluencia se encuentran las dos pequeñas cabañas de Pardines. Aquí si que se ve que las ovejas frecuentan este lugar. Unos sarrios corretean por la ladera asustados por nuestra presencia. No nos detenemos, seguimos los hitos y las marcas en dirección oeste, llegando en breve al diminuto pero muy bonito ibón de Pardines. Pequeña parada antes de acometer la pedrera final al collado. Empieza a llover con intensidad, rápidamente nos ponemos en marcha. En un momento el calor ha dado paso un viento que trae una lluvia gélida, tan sólo unos minutos pero suficiente para dejarnos helados. La lluvia nos abandona y se traslada hacia el este. Menos mal, a ver si alcanzamos pronto el paso y descendemos ya hacia Barbarisa, terreno conocido y más amable.
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Cabañas de Pardines |
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Ibón de Pardines, al pie del Collado de la Ribereta |
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Comienza a llover |
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Llegando al collado |
Marta pone un buen ritmo y casi sin darnos cuenta coronamos el paso (2530 mts) cuatro horas y media después. Parece que el cielo se empieza a abrir y aprovechamos para relajarnos un poco y echar un bocado. Una pareja aparece por el Norte, vienen de intentar el Eriste Sur, pero la lluvia les ha echado atrás. Recuerdo cuando hace unos veranos hicimos desde este collado el Eriste Sur y Central. Descendemos por pedrera en dirección a los cercanos lagos de Barbarisa. El sol ha vuelto, nos cruzamos algunos montañeros, estamos ya en terreno conocido. Por momentos nos tranquilizamos y nos da la impresión de haber acabado ya la marcha, pero nos falta todavía un descenso larguísimo, 1600 mts de desnivel y 11 km.
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Valle de Barbarisa |
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Picos de Eriste al fondo |
Un excelente sendero corre por la margen derecha junto al río que va descolgándose mediante bonitas cascadas. Justo antes de llegar a la cabaña de Barbarisa, donde el sendero salva un escarpado, nos topamos con un rebaño de más de mil ovejas. El pastor nos pide que nos separemos del camino para dejarlas pasar y así evitar que se asusten. Más de media hora viendo pasar ovejas, de una en una. Ahora si que se nos ha hecho polvo el horario. Llamamos a casa y avisamos.
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Descendiendo el barranco de Barbarisa. Sierra de Chía al fondo |
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Contando ovejitas.... |
Por fin reanudamos la marcha, dejamos a la derecha el ramal de pista que viene del collado de Sahún y nos introducimos en un precioso bosque. El camino recorre en dirección Este toda la ladera del valle de Sahún. Un bellísimo sendero que merece la pena recorrer, bosque de pinos, avellanos, abedules, y en la última parte enormes robles. Atrás dejamos la ermita de Santa Chulita, el único tramo en el que el bosque deja espacio para la pradera, aunque sólo brevemente. Nos cruzamos con el desvío a la ermita de San Pedro, y ya sabemos que desde aquí ya falta poco, aún así ya es más de las 15,30, cuando empezamos a dislumbrar entre la frondosidad del bosque las casas de Sahún. Atravesamos el pueblo y tomamos el camino pista que nos conduce a Guayente.
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Ermita de Santa Chulita |
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Sahún |
Son las 15,45. Una excursión muy larga, aunque no tanto como ponía en el panel. Bueno la verdad es que a poco que vayas tranquilo si que te salen las 9 horas. Nosotros fuimos bastante ligeritos.
Una ruta circular larga (21 km), exigente en cuanto a desnivel (1500 mts) y en cuanto a duración, pero que merece la pena por lo variada de la ruta. El valle de Aigüeta de la Ball es una delicia, una zona salvaje y muy poco visitada. Será difícil que encuentres a nadie. En la parte superior, la más salvaje y recóndita de la ruta, el viento y la lluvia le dio un punto de emoción añadida.
5 Agosto 2017. Marta y Enrique