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En la cresta SW de los Picos del Infierno. Al fondo Ibones de Pondiellos y cresta Argualas |
El pasado 1 de agosto, realizando la circular La Sarra-Tebarray-Puy Arcol, visibilicé la ruta que desde Sallent de Gállego permite acceder a los Ibones de Pondiellos. La había visto a través de internet, pero ahora, en directo, lo veía todo claro. Fue en ese momento cuando decidí realizar esa excursión, y tan solo tenía que encontrar compañía. Se lo comenté a Fernán, y enseguida se mostró dispuesto. Además de alcanzar los ibones, intentaríamos, si íbamos bien de tiempo, ascender hasta el Pico occidental del Infierno por la cresta SW, que yo ya conocía por haberla alcanzado desde el collado de Pondiellos en otro octubre, pero de 1990. Nos descargamos un track, y confiando en nuestro buen entreno nos presentamos en Sallent el 1 de octubre a las 8,30 de la mañana.
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Foto sacada desde el collado de Puy Arcol, donde se ve el Bco. de Pondiellos y la ruta a seguir |
Dejamos el coche poco antes de llegar al pabellón polideportivo y comenzamos a caminar por una calle a la derecha, que sale a otra, donde también a la derecha vemos un camino con una tablilla que indica Pondiellos, Tebarray. En fuerte ascenso vamos dejando prados a ambos lados, antes de desembocar en un bosque de pinos que empieza a tomar dirección E. El barranco de Pondiellos se va definiendo a nuestra izquierda y unos 50 m. por debajo. Llegamos a una zona de prados donde la senda se pierde y vuelve a aparecer constantemente. Algunos hitos facilitan la tarea, aunque perdemos algo de tiempo. Sobre 1600 m cruzamos el barranco de Torozuelo y encontramos ya definitivamente el camino que avanza por un tupido bosque de pinos. A 1850 m. nos acercamos al lecho del río que cruzamos a la margen derecha. A partir de aquí el sendero se desfigura bastante, pero por el contrario los hitos aumentan por lo que no hay ningún problema en seguir el itinerario ayudándonos del track en alguna duda puntual.
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En un claro del bosque, vista hacia atrás |
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Estamos a 1850 mts. y hemos cruzado el barranco
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A la derecha desagua el barranco de Las Salvas proveniente del Ibón de La Sartén. Una fuerte subida nos deja en la conducción subterránea que trasvasa agua del barranco hacia la tubería de La Sarra. La tomamos unos metros a la derecha y ascendemos un pequeño escalón que nos deja en una zona de pradera y roca blanca que ya se extiende hasta la marmolera sur del Infierno que ya empieza a hacerse visible. Un inmenso rebaño de ovejas avanza en paralelo a nosotros introduciéndose en el barranco y ascendiendo en fila interminable hacia el collado que permite alcanzar el Ibón de la Sartén. Nosotros sin embargo nos tiramos más hacia la izquierda, cruzamos un barranco y avanzamos justo por debajo de la marmolera.
Efectuamos una corta parada a 2450m. con unas fantásticas vistas hacia el oeste y desde donde vemos todo el recorrido hecho hasta ahora. |
Confluencia con el Barranco de Las Salvas. Al fondo Garmo de la Mina |
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Sobre la tubería subterránea. Al fondo Puy Arcol |
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Sobre 2300 mts. |
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En la margen dcha del Bco. de Pondiellos. De izquierda a dcha: Garmo de Albas, Algas, Feniás, Cerrez y Garmo de la Mina |
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Panorámica hacia el Oeste |
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Cerrez y Garmo de la Mina. Se ven las ovejas en fila hacia el collado
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Desde este punto, hacia el NE, y justo a la izquierda del Salto de Pondiellos, se adivina el pasadizo de acceso al rellano de los lagos. La traza atraviesa un buen pedregal y se empina alcanzando por fin el rellano donde aparece un primer lago. Estamos a 2700m. y sin parar a pensar si nos quedamos en los lagos o seguimos, hacemos lo segundo rodeando en un principio la cresta O. por una repisa herbosa que asciende en diagonal y conforme gana altura permite incorporarnos al ancho lomo. |
Atrás queda el Tebarray y la Marmolera oeste de los Infiernos |
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A 2700 mts. Rellano de los lagos y Garmo Negro al fondo |
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Tomaremos la vira herbosa que sale a la izquierda |
En todo momento hay trazas de camino e hitos por lo que avanzamos rápidamente. A nuestra espalda ya vemos todos los lagos de Pondiellos bajo la oscura cara N. del Garmo Negro, que ya no recibe el sol en estos días de otoño. En un abrir y cerrar de ojos alcanzamos la parte final de la cresta, que tampoco ofrece mayor dificultad que la de agarrarse a alguna roca con las manos. Son las 14h. cuando llegamos a la cima occidental.
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Ibones de Pondiellos y Garmo Negro. Al fondo se ve el Collado de Pondiellos |
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En la cresta SW |
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Cima Occidental |
El paisaje se ensancha en todas las direcciones, tan solo oculto parcialmente al E. por la cima Central y Oriental. Casi sobre la marcha, y viendo que aún tenemos un pequeño margen de tiempo, decidimos seguir por la cresta hacia la cima Central. La cresta impresiona, sobre todo porque este tramo es algo aéreo y está compuesto por la vistosa Marmolera que se desparrama tanto al norte como al sur. En este tramo nos cruzamos un grupo de 4 o 5 que han ascendido por la misma cresta que nosotros pero viniendo del Balneario y collado de Pondiellos. (la misma ruta que hice con Rafa en 1990). |
Desde la cima Occidental |
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Llegando a la cima Central
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En menos de lo que parece alcanzamos la cima, y en vista de que la siguiente cumbre se nos antoja más cercana de lo previsto seguimos a la oriental, que alcanzamos tras dejar atrás una breve brecha. Aquí sí que ganamos en visibilidad, sobre todo hacia Arnales, Bachimaña, Bramatuero, y como no, hacia el todopoderoso Vignemale.
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Infierno Oriental |
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Arnales y Pondiellos |
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Desde la cima Oriental |
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Ibón azul inf., Bramatuero, Bachimaña,... |
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Frondellas - Balaitous
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Vamos algo justos de tiempo, por lo que volvemos de nuevo por la cresta. En la cima central nos cruzamos con una pareja de amigos y un perro de nombre “miguelito”. Me sorprendió que fuera un cocker. No pensaba en esta raza como muy montañera, pero nos comentaron que había estado en un montón de cimas, y la verdad, subir a los Infiernos por el Garmo Blanco, por donde habían subido ellos, me hizo cambiar de opinión. Charlamos un poco y continuamos. Una breve parada en la cima Occidental para tomar las últimas fotos, y hacer balance; tres cimas, no está nada mal. Son las 15,15 cuando empezamos el descenso. Rápidamente alcanzamos el rellano del primer ibón, y eso que nos confundimos de faja herbosa y tuvimos que destrepar un poco hasta alcanzarlo.
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Vignemale, por detrás de la Cima Oriental |
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De nuevo en la Occidental, antes de iniciar el descenso |
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Marmolera oeste y Valle de Pondiellos |
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Tras la cresta de Musales, Arriel y Pallas. A la izquierda Midi |
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Tebarray, y detrás Balaitous |
Dejamos el desagüe del lago a la izquierda y nos lanzamos por el empinado escalón en dirección a marmolera, con el barranco de Pondiellos a la izquierda. Descendemos sin detenernos hasta llegar a la conducción subterránea, donde hacemos una parada para reponer fuerzas. Estamos a 2200 m. Este pequeño descanso nos viene muy bien, y enseguida descendemos los 400 m que nos separan de la pleta donde se cruza el río a la margen izquierda. Ahora avanzamos valle abajo por el buen camino del bosque, que se convierte en una delicia.
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La Foratata, cumbre emblemática del Valle de Tena
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Nos parece mentira llevar 10 h. caminando y encontrarnos tan bien, incluso voy recogiendo rebollones que van saliendo a mi paso, y es que por aquí no viene nadie. Hasta el atravesar los prados es mucho más sencillo que por la mañana. Llegamos a Sallent a las 19,30 h, justo cuando la puesta de sol parece incendiar el horizonte.
Acabamos realmente satisfechos, 11 h. de marcha y cerca de 1900 m. de desnivel. Además hemos hecho los Picos del Infierno. En mi caso los tenía ya casi olvidados, y para Fernán han sido una grata sorpresa. Alcanzar los Ibones de Pondiellos por esta solitaria ruta nos ha parecido algo muy interesante, y creo que es la primera vez que realizamos una ascensión desde un núcleo habitado relativamente bajo, y desde el que hemos ido subiendo todos los escalones del piso montano hasta llegar a la cima de más de 3000 m. Las construcciones, los huertos, los prados con vacas, los aterrazamientos donde se realizaban los cultivos comunales, y que ahora permanecen en parte cubiertos de zarzas y cardos, el bosque, la pleta con prados de alta montaña, las pedreras, los lagos y por fin las altas cumbres. Impresionados también por la geología convulsa de esta zona, donde se mezclan los esquistos rojizos con las blancas calizas metamórficas que le dan a esta montaña una idiosincrasia propia.
Y gratamente sorprendidos de lo solitaria y desconocida que es esta zona, justo en el epicentro del turístico Valle de Tena. Por nosotros, que dure así muchos años.
1 Octubre 2021. Fernán, Enrique