|
Con zoom desde el lago de Llosás: Cresta de Tempestades. A la izquierda del todo, la Punta de la Brecha |
Desde el Collado de Salenques hasta la cima del Aneto discurre una afilada cresta de 3 kilómetros de longitud. Clásica entre las clásicas, se trata de la Cresta de Salenques-Tempestades. Hacia allí nos dirigimos, concretamente al Pico Tempestades (3290 mts) para seguir la arista hacia el oeste que culmina en la Punta de la Brecha Tempestades (3274 mts), pico que recibe este nombre impropio porque allí mismo la cresta desciende en vertiginosa caída dibujando la profunda Brecha de Tempestades, descrita por Henry Russell en 1881 como “una brecha formidable, en forma de V donde el huracán la atraviesa como un proyectil”.
Hemos madrugado mucho y a las 5 h. tomamos en Benasque el Bus que nos lleva hasta Vallibierna. Una hora más tarde comenzamos la marcha, Rafa, Pedro y yo, en dirección al valle de Llosas. Vamos ascendiendo entre pinares hacia la pleta de Llosas, una gran llanura semiencharcada por la que serpentea el río. El día, en contra de lo previsto, ha amanecido nublado, dejando entrever apenas algunas cimas.
En 1 h. 30 min. llegamos al lago, encajado al norte por una negruzca pared granítica. Al oeste destacan las tres agujas de Llosas (Argarot, Tchihatcheff y Franqueville) que nos traen buenos recuerdos de anteriores escaladas. El día es desapacible, por lo que enseguida reemprendemos la marcha, avanzando junto al torrente.
|
Lago y Agujas de Llosas |
|
Fuerte ascenso, con el Russell al fondo |
Llegamos pronto al segundo lago de Llosas, mucho más pequeño y encajonado en una barranquera. Enfrente tenemos la muralla del Pico Russell. Torcemos a la izquierda y nos elevamos por fuerte pendiente hacia el norte siguiendo los hitos. Al poco rato salimos a una gran comba entre el contrafuerte sur del Tempestades y el Pico de Russell. La subida ya no es tan dura, pero sin embargo el avance es lento debido a lo pedregoso del terreno.
Antes de llegar a la Brecha de Margalida-Tempestades aprovechamos un lugar resguardado del viento para equiparnos con arnés y casco, ya que a partir de la primera cima comienzan las dificultades, el terreno se presenta suelto y la roca descompuesta.
|
Pico Tempestades entre la niebla |
|
Pedregal |
|
Poco antes del Tempestades nos preparamos |
Ya estamos en la cima del Tempestades (3290 mts). Dejamos las mochilas, sacamos la cuerda, y hacia lo desconocido, pues hemos leído reseñas en Internet y no hay dos iguales. El día continúa muy desapacible. Las nubes, rotas en jirones atraviesan la cresta por encima de nuestras cabezas.
|
Cima de Tempestades. Al fondo Margalida y Russell |
|
El tramo de cresta que nos queda, y por detrás el Aneto |
Descendemos unos metros por terreno roto hasta alcanzar la arista por una placa evidente que cruzamos en bavaresa, desencordados pero con mucho cuidado pues la roca no parece muy fiable. Este paso tendrá unos veinte metros. Yo sigo a Pedro, que me va indicando todos los movimientos a seguir. Detrás Rafa. Ya estamos al otro lado. ¡Qué alivio!. Aún así el terreno exige mucha atención. Dejamos una gran aguja a nuestra derecha, la flanqueamos con trepadas aéreas en PD intentando no perder mucha altura, a pesar que más abajo vemos corredores y repisas más fáciles pero expuestos. Salimos por fin a un pequeño canalón, que ascendemos, volviendo de nuevo a la cresta, muy cerca ya del pie de la Punta. Aquí las reseñas que hemos consultado indican seguir hacia la derecha buscando una placa de IV equipada con un par de clavos que sube directa a la cima.
|
Hacia la Bavaresa |
|
Allí estamos |
|
Flanqueando la aguja |
Como no lo vemos claro, seguimos directos por la cresta, incluso pasando algún tramo por el norte, alternando trepadas con pasos . Abajo, muchos metros más abajo, el glaciar agrietado de Tempestades. Llegamos a las inmediaciones de la Punta de la Brecha, que desde nuestra posición parece inasequible pero bajamos hacia el sur hasta encontrar un canalón de piedra suelta que sigue descendiendo a la izquierda del gran gendarme que forma la cima. Una vez rebasado éste, descubrimos un angosto corredor que sube hacia el norte. Tiene fuerte pendiente, pero nos vamos agarrando a la pared de la derecha, que tiene buenas presas, Al llegar arriba no nos queda más remedio que trepar hacia nuestra derecha por unas losas con fisuras que nos dejan sin mayor problema en la cima de la Punta de la Brecha Tempestades (3274 mts).
|
Ascendiendo el corredor |
|
Desde la cima, glaciar y Cresta de Tempestades. A la derecha, el Pico Tempestades |
|
Hacia el oeste, Espalda y Pico de Aneto |
Muy cerca vemos el Aneto con bastante gente en su cima. No sé si porque ya ha salido el sol, o por el alivio que supone el haber hecho esta cima, que de repente me encuentro eufórico. Euforia que me dura poco, pues Rafa nos convence para descender directamente hacia el Este haciendo rappel desde un clavo que hay 2 metros por debajo de la cumbre. Más vale malo conocido …
En fin, parece que lo ve bastante fácil, preparara el rappel y baja antes de que nos arrepintamos. Efectivamente, rapelamos la vía de ascenso por la placa de IV que mencionan las guías. La doblada de 8 o 9 metros nos deja en una ancha repisa que enlaza con la vía de ascenso antes de efectuar el rodeo de la Punta por el Sur. Ya por terreno conocido, destrepamos la brecha y el corredor angosto por el que habíamos subido, flanqueamos las aéreas paredes comprobando la solidez de cada presa, atravesamos la placa en bavaresa y por pendientes algo rotas, nuevamente nos encontramos en la cima del Tempestades. Ahora sí que acaban las dificultades.
|
Rappel |
|
Rafa en la bavaresa |
|
Llegando de nuevo al Tempestades |
|
Pedro y Rafa. Reto conseguido |
Sin apenas detenernos iniciamos el descenso hasta que encontramos un lugar abrigado del viento donde nos detenemos para quitarlos el arnés y echar un bocado, que ya toca. Dos horas hemos invertido en la escalada de la Punta desde el Tempestades, y vuelta al pico. Evidentemente, nos lo hemos tomado con tranquilidad.
Continuamos descendiendo por el mismo itinerario hasta llegar al lago de Llosas, calculamos que podríamos llegar al bus de las 16 h, aunque habrá que correr. De lo contrario deberíamos esperar hasta las 18 h. Dicho y hecho, a correr. ¡La de veces que me ha tocado correr para coger este bus! Estamos salvados, son las 15 h. 59 min. Sudorosos, pero contentos por el logro conseguido.
La Punta de la Brecha Tempestades tiene mala fama, más que por su dificultad, por su roca quebradiza, pero la verdad es que yendo con cuidado por la ruta que nosotros seguimos, exceptuando el paso de la bavaresa, no tiene mucha historia. Eso sí, el ambiente alpino de lo más. Y Pedro sigue sumando. ¡Qué poco te queda! (para acabar la colección)
16 julio 2011. Pedro, Rafa, Enrique