Llegando a la cima del Pico de Codos
Empiezo a estar harto de los confinamientos, tanto tiempo sin ir por el Pirineo...Lo echo de menos, pero por lo menos estoy descubriendo montañas cercanas a las que quizás nunca hubiera ido. Estamos casi a final de año, el tiempo es frío, en el Pirineo está nevando sin parar. Buceando en internet, algo para salir, sin grandes pretensiones, una matinal que permita volver a comer a casa...Ya está, el Pico de Codos, en la Sierra Modorra. Una sierra de orientación NO-SE que se encuentra entre la depresión del Río Grío al Norte y las llanuras de Campo Romanos al sur. El Pico se encuentra en la zona más al norte de sierra.
Después de una hora de viaje aparcamos en el pueblo de Codos. La mañana es fría, 2º. Una señora, desde la ventana nos saluda y después de preguntar a dónde vamos nos indica gentilmente la dirección a seguir. Ascendemos a la parte superior del pueblo, por unas callejuelas de fuerte pendiente hasta llegar a las afueras. Enseguida vemos junto a una casona solitaria las indicaciones que nos dirigirán a la montaña.
El itinerario es toda una sorpresa. Enseguida se introduce en un bosque de carrascas con algunos pinos, tomando dirección sur en suave pendiente. Atrás va quedando el pintoresco pueblo y el Pico de Valdemadera con su entramado de antenas, y a la derecha el valle por el que discurre la carretera que lleva hacia Miedes. Estamos en la comarca de Calatayud.
Atrás queda Codos, y al fondo el pico de Valdemadera, en la sierra de Algairén
Tras haber recorrido 2,5 km., un desvío perfectamente marcado a la izquierda hace que cambiemos de dirección, abandonando el GR que lleva a Langa del Castillo. Ahora subimos más decididamente hacia el cordal, al tiempo que la vegetación va desapareciendo. Tan sólo algunas carrascas y tejos aguantan la intemperie de esta ladera orientada al norte.
A los 2,5 km tomamos dirección hacia la loma
Vista hacia el oeste
Al llegar a la loma recibimos el azote de un fuerte viento helado. Nos detenemos un momento para ponernos más ropa, y seguimos ascendiendo hacia la derecha con la vista ya puesta en el mojón cimero. Es un tramo corto, de unos 100 metros de desnivel, pero el viento despiadado nos azota con fuerza, y la temperatura es muy baja. Caminamos sobre una alfombra de escarcha hasta que alcanzamos el vértice geodésico.
Intento vislumbrar hacia el oeste los pueblos de Miedes y Langa del Castillo, pero no logro verlos. Tan sólo veo un llano infinito de campos cultivados. Un par de fotos en la cima y salimos pitando. Estamos ateridos por el frío. No sé cuál sería la sensación térmica en la cima, pero en la punta de mis orejas calculo unos -15º.
En la loma cimera
En la cima. Zoom hacia Codos
Hacia el SO.
Volvemos por el mismo itinerario, de nuevo luchando contra el viento helador. Llegamos al punto donde hemos alcanzado la loma en la subida, y junto a una cruz metálica observamos otro itinerario que desciende al pueblo por toda la loma, abandonando así la ruta de subida. Bajo un pequeño escarpe a resguardo del viento hacemos una parada para comer algo e intentar recuperar la temperatura. Proseguimos por la ladera, aunque ahora ya por un precioso carrascal que nos protege de las inclemencias. Poco a poco nuestros cuerpos comienzan a funcionar y volvemos a disfrutar descendiendo por este precioso bosque de carrascas. Al final, el sendero desemboca junto a unos campos de vides. En este punto, junto a algunos pinos, descubrimos un rastro de rebollones. No me lo puedo creer, en un 30 de diciembre y cogiendo robellones. Seguimos por el sendero y enseguida enlazamos ya con el itinerario de ascensión poco antes de llegar a las casas altas del pueblo.
Pero qué frio hace
Volvemos de nuevo por la loma hasta este punto, desde donde descendemos directos hacia el pueblo
Carrascal
Todo un descubrimiento. Una montaña muy accesible, sin problemas, no más de 3 horas entre subida y bajada, poco más de 500 metros de desnivel, y a volver a comer a casa, que con este frío no es cosa de estar mucho más rato por el monte.
30 diciembre 2020. Marta, Enrique