Es fácil recordar datos cuantitativos como nombres de picos, altitudes, desniveles, orientaciones, acotaciones geográficas, coordenadas GPS, grados de dificultad en diferentes escalas ... nos sobran mediciones y este blog es sólo para guardar pequeños detalles que sirvan para pulsar el nodo neuronal que dispara en nuestro cerebro evocaciones, recuerdos, sensaciones, sugerencias y demás impresiones cualitativas

2022-04-12

Tozal de Rasé (1084 mts) Travesía Foz de Fuenfría - Foz de Moliniello

Valle de Rasal desde el Tozal de Rasé

 Hace un año, durante mi ascensión con Fernán al Pusilibro desde  el Valle del Garona,  me vinieron a la  mente alguna de las excursiones realizadas por esta zona hace muchos años, cuando empezábamos a salir a la montaña. Sobre todo, una acampada en la ribera del río Garona, donde llegamos tras un bonito viaje en el Canfranero. Era el puente de Todos los Santos de 1974. En el transcurso de aquella acampada, realizamos una ascensión partiendo por una foz bastante accesible, creo que es la que está entre la Garoneta y Moliniello. Ascendimos por aquel valle y luego fuimos derivando hacia el SE. Nuestra intención era ascender el Pusilibro (el más alto de la zona). No llevábamos mapa, y tan solo agua y algo de comida para la jornada. La ruta se fue complicando, pérdidas de sendero, zonas de zarza. La idea del Pusilibro pasó a mejor vida, y comenzamos a pensar en salir de nuevo al valle del Garona y regresar a la tienda. Intentamos descender el barranco de Moliniello (lo supe después, porque en aquella época no existía cartografía de la zona), lo cual resultó imposible. Actualmente el Moliniello es un clásico descenso de barranco con varios rápeles y saltos. Remontamos de nuevo y a través de una senda hacia el E. accedimos a un collado (Carapillas) con un prado y un corral de piedra seca sin cubierta. Descendimos al siguiente valle, siempre al E. Al llegar al fondo del valle  lo recorrimos hacia la salida, pero era otra foz (Fuenfría) con grandes saltos pulidos imposibles de descender. Prácticamente sin luz volvemos a desandar los 200 mts. de desnivel hasta llegar de nuevo al colladito.  Allí pasamos la noche. Cielo completamente estrellado, y un frío de espanto. No teníamos más ropa que la puesta, ni cerillas, ni mechero, ni comida. La velada se hizo eterna, alternando estancias en el corral semiderruido  con paseos en círculo  por la pradera, con el fin de no perder el poco calor corporal que nos quedaba. Estábamos en el collado Carapillas (960 mts), y aunque no sé qué temperatura habría porque no llevábamos termómetro, el agua de la cantimplora se heló. A la mañana siguiente  rehicimos ya sin problemas el itinerario del día anterior, llegando sin contratiempos a nuestra acampada. Teníamos 16 años, y recuerdo que hasta pasado mucho tiempo no dije nada en casa. 

Después del Pusilibro, indagué por Internet alguna ruta alternativa que uniera las dos foces (Moliniello y Fuenfría), pero la verdad es que casi todas las reseñas son las clásicas ascensiones desde Rasal hacia Loarre, o por la Foz de Garoneta y Escalete.

Sin embargo, hace unos días, milagrosamente, descubrí una reseña de alguien que había hecho justamente el mismo itinerario que yo quería hacer. Entrar por Fuenfría y salir por Moliniello, y de paso hace el Tozal de Rasé, un resalte calizo que separa las dos gargantas y al que se accede desde el collado Carapillas. Me pareció increíble. La reseña la colgó en Marzo de 2022, pero la realizó en Mayo de 2021. Después de comprobar el track y que su fiabilidad era del 100%, convencí a Marta para que me acompañara. Con ella y Rafa ya había ascendido hace un año la Fuenfría y la descendimos rapelando. Intentamos llegar hasta el collado pero nos metimos en una selva sin posibilidad de seguir y nos dimos marcha atrás.

Camino hacia la Foz de la Fuenfría

Vadeamos el Garona y llegamos al pie de la Foz. Nos colocamos los arneses y los disipadores y para arriba. (La trepada es sencilla, aunque algún paso exige estirarse bien y tirar de brazos, y como todo el  itinerario está cubierto por sirga, lo aprovechamos).



Salimos de la Foz y caminamos por el cauce unos 200 m.

Salimos de la Foz y siguiendo el track continuamos por el lecho seco del barranco unos 200 mts. (bosque espeso). A la derecha se intuye una senda que tomamos, comprobando constantemente que seguimos el track. Son sendas usadas exclusivamente por cazadores. Por aquí no pasa nadie más. 200 mts de desnivel en dirección O. nos separan del collado. La senda aparece y desaparece constantemente, pero siempre se puede continuar en la misma dirección por un bonito bosque donde abundan los robles, pinos y bojes. Una tapia de piedra seca nos separa del collado, pero por la izquierda la pasamos  y accedemos al collado Carapillas (el del vivac).  A nuestras espaldas, el pirineo bastante nevado aparece por detrás de la abertura de la Fuenfría.
Abandonamos el cauce a la derecha por una tímida senda


Collado Carapillas, invadido por las zarzas

Esta vista la recordaba exactamente igual, pero el collado…,casi no lo reconozco. La hierba ha dado paso un sinfín de zarzas y aliagas. El corral de piedra donde pasamos la noche está prácticamente mimetizado con el paisaje. Es imposible  acercarse, la vegetación se lo ha comido todo, incluso han salido árboles, y algunos tienen ya buena altura.  
Collado. Bajo el Tozal de Navarro, a duras penas se observa la pared del corral

Veo que hacia el oeste continúa una senda bastante evidente,  que será la que tomaremos a la vuelta. Pero ahora  nos dirigimos entre las zarzas hacia el norte, en dirección al Tozal de Rasé. Atravesar la “pradera” es algo complicado por los pincharrales que campan a su antojo. Al llegar al extremo norte, y tras pasar una tapia derruida comenzamos la empinada pero muy corta ascensión. Avanzamos como podemos entre bojes y robles, aunque sorprendentemente también hay alguna traza. Enseguida nos topamos con la pared calcárea, que sorteamos por la izquierda por una canaleta que nos deja ya en la vertiente de Rasal, a un minuto de la cima, (1084 mts),
sorprendentemente tapizada de fina hierba. La vista estupenda. Al norte la sierra de Rasal y Pirineo nevado, al Este el Pusilibro, al oeste, vemos el Pantano de La Peña. Abajo, “la pradera” y el corral, y detrás, al sur, Tozal de Navarro y más atrás la Sierra de Loarre, entre Pusilibro y Don Hueso.
Desde la cima del Tozal de Rasé, vemos el pequeño claro del collado

Tozal de Rasé

Zoom al collado y la ruina donde vivaqueamos en el 74

Al fondo, Pantano de La Peña

Pusilibro



Descendemos por el mismo itinerario, o parecido hasta el collado. En el corral, a la derecha sale la buena senda que he comentado antes y que ya no dejaremos, en descenso hasta la cabecera del barranco de Moliniello, donde enlazamos con el itinerario que viene de Pusilibro y que hice con Fernán. El resto, sin problemas por bosque muy cerrado, salvo algún claro con zarzas donde hay que tirar de track para poder continuar. Llegamos a la Raya de Omiste, cuya cima dejamos a la izquierda, mientras que a la derecha queda la Foz de Moliniello.
Al fondo, Tozal de Rasé

Intentando acceder a la corraliza. Imposible

Valle de Moliniello, que seguiremos hasta la cabecera para volver por la ladera de enfrente. En el centro de la foto se observa la campa por la que pasaremos poco después y cuya foto está justo abajo

Ya de vuelta. Estamos en la campa que se nombra en la foto anterior, y que sacamos poco más abajo del collado de Carapillas. De izquierda a derecha, Tozal de Rasé, Collada Carapillas y Tozal de Navarro

Foz de Moliniello

 A nuestros pies se abre el valle del Garona. Un empinado descenso nos devuelve a la carretera, después de vadear el río. Un corto paseo por asfalto y llegamos al coche.
Valle del Garona, o Rasal

Foz de Moliniello y Tozal de Rasé, desde el norte


Gratas sensaciones me ha dejado esta excursión. Cada momento vivido por un grupo de personas es objetivo, pero el recuerdo y el sentimiento de ese momento es subjetivo, diferente para cada uno. Para mí, recordar esos momentos, y recorrer esos mismos lugares tantos años después me ha dejado una sensación muy agradable, para nada nostálgica.
Lo que más que me ha sorprendido, es comprobar como lugares que en aquellos años posiblemente se empleaban para pastoreo, al abandonarlas, la naturaleza recupera su lugar en menos tiempo del que yo pensaba. Aunque, pensándolo bien, 50 años es bastante tiempo, para la naturaleza, y para nosotros.
Agradecido a Marta por haberme acompañado, porque estos terrenos jabalineros no son muy propicios para recorrerlos en solitario. Constantemente tienes la sensación que por donde caminas hace mucho que no ha pasado nadie, y eso siempre intimida algo.


10 Abril 2022. Marta, Enrique

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