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Pico Feixant, desde la entrada al valle de Mulleres |
He pasado una pequeña gastroenteritis y no estoy muy allá, me siento muy perezoso para acometer esta exigente ascensión al Feixant (2955 mts). La tozudez de Rafa puede conmigo, y el sábado, después de dormir en Serraduy, emprendemos la marcha desde el parquin situado junto a la boca sur del antiguo túnel de Viella. El Feixant es una montaña imponente que limita los valles de Salenques y Mulleres en la Ribagorza Oriental. Destaca sobre todo la pose que muestra desde el Tuc deth Port de Vielha. Ese día comenzamos a pensar en su futura ascensión. Desde el mismo parquin descendemos unos metros por una pista en dirección oeste, y comenzamos a ascender suavemente, teniendo el torrente a nuestra izquierda. Enseguida penetramos en un espeso bosque de hayas. Ganamos altura poco a poco, dejamos atrás una espectacular cascada, y enseguida abandonamos el bosque y pasamos junto a un llano. Luego, otra cascada da paso a un segundo llano, Pleta Nova (2000 mts). Aquí dejaremos el estupendo camino que continúa hacia el oeste hacia los Ibones de Mulleres. Hacemos un descanso y estudiamos la reseña para ver por donde continuar, ya que a partir de ahora nos tendremos que buscar la vida como podamos. La senda se esfuma, y los hitos son testimoniales. Mi estómago no me da muy buenas impresiones, para colmo la niebla cubre las cumbres. Bueno, nos marcaremos etapas. Estamos en Pleta Nova, y la siguiente será el pie del corredor, ya al pie de la cara norte del Feixant, y luego ya veremos.
Un zócalo rocoso corre de este a oeste a lo largo de toda la montaña dificultando la ascensión a las aparentemente apacibles laderas que se encuentran al pie de la cara norte del pico. Sin embargo es factible superarlo mediante unos corredores herbosos que se sitúan justo al contrafuerte norte que se desprende de la cima del Feixant.
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Tuc del Mig de la Tallada, y Feixant cubierto por la niebla |
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Ruta seguida desde La Pleta Nova |
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Pendientes herbosas bajo el contrafuerte N. del Feixant, paso clave para salvar el zócalo rocoso |
Una vez salvada esta muralla hemos de avanzar por fuertes pendientes de hierba y rododendros completamente hartos de agua por la lluvia de la noche anterior. La altura de la hierba mojada junto a la fuerte pendiente hacen que este tramo se nos atragante bastante. Por fin la pendiente cede y nos dirigimos hacia el este con la referencia de la morrena que oculta la cubeta donde nace el corredor nevado que hemos de ascender.
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Fuertes pendientes de hierba. Ni un hito. Por aquí pasa poca gente |
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Llegando a la morrena. Al fondo debería verse el Mulleres |
La morrena de la Pequeña Edad del Hielo oculta los últimos vestigios de lo que debió ser un glaciar. La cubeta acumula bastante nieve para la época que estamos, aunque supongo que estará bien alimentada por las frecuentes avalanchas de las verticales paredes que la rodean. Vemos también el corredor que según hemos estudiado tiene una pendiente entre 40º y 45º. La primera parte es bastante ancha, pero la segunda se vuelve angosta, y el último tramo hasta alcanzar la brecha de la Tallada ha perdido ya la nieve.
Hacemos un descanso, nos ponemos los crampones y el casco. También nos colocamos el arnés y sacamos la cuerda para poder utilizarla en cualquier momento. La pendiente del oscuro corredor, la niebla cada vez más cerca y mi estómago me hacen dudar de si merece la pena seguir, pero ahí está Rafa para quitarme esos pensamientos. El hecho es que casi sin pensarlo nos encontramos ascendiendo la pendiente nevada
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Buff, que mal aspecto |
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Preparado para iniciar la ascensión del corredor |
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Allá vamos |
La pendiente es moderada y la nieve no está mal. Ganamos altura con cierta rapidez. Hemos leído que el corredor tiene 200 mts de desnivel, pero de momento se hacen cortos. Llegamos al estrechamiento donde afloran algunas rocas y seguimos hacia arriba. Unos 20 o 30 metros antes de la brecha la nieve desaparece, y aquí viene lo peor, una pendiente de arena en la que es muy complicado proseguir, para colmo las paredes a ambos lados están completamente podridas haciendo rodar multitud de piedras hacia abajo. Los crampones actúan como una excavadora que arranca todo lo que hay bajo nosotros haciendo que sea realmente complicado alcanzar la brecha. ¡Por fin! Brecha de la Tallada, 2650 mts. Un viento helador nos echa una capa de niebla por encima que nos hace tiritar. Algunas gotas se acumulan en nuestras gafas. Apenas vemos la continuación hacia la cima, aunque se intuye y la ladera parece bastante ancha. El problema es que todavía quedan 300 mts hasta la cima.
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Hacia la cima. Dejamos abajo la brecha. Al fondo, entre la niebla Tuc del Mig de la Tallada |
La ladera, en un principio es bastante empinada y está cubierta de pastizal. Pronto la pendiente se suaviza y avanza entre pedregal de granito siempre entre la niebla, intuyendo que la cima cada vez está más cerca.
Poco antes de la cima vemos algún hito, posiblemente de salida de alguno de los verticales corredores que se escalan en la vertiente norte en invierno. Por fin llegamos a la cima presidida por un hito. No se ve ni torta, sólo niebla, y eso que la previsión era que al principio de la mañana hubiera nubes pero que se fuera despejando a media mañana.
Casi 6 horas de ascenso, aunque la verdad hemos ido muy tranquilos y haciendo varias paradas. No había prisa.
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Cima del Feixant o Tuc de la Tallada (2955 mts) |
De vez en cuando las nubes dejan ver fugazmente el paisaje que nos rodea, momento que aprovechamos para disparar nuestros objetivos. Preferentemente se despeja hacia los lagos de La Vall y Pico Vallibierna. Hacia el norte, zona Mulleres no tuvimos visión en ningún momento.
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En el centro Pico Vallibierna y lagos Negre y Cap de la Vall. Entre la niebla pico Russell |
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Hacia el este: Tuc del Mig de la Tallada |
Después de casi una hora en la cima alternando nieblas con algunos claros iniciamos el descenso por el mismo itinerario. En el collado hemos dejado los piolets y crampones, y hacia allí nos dirigimos llevando en el pensamiento lo que nos deparará el descenso de las arenas movedizas del primer tramo del canalón. Casi sin darnos cuenta hemos descendido la ladera y nos encontramos en la brecha. A nuestra derecha vemos un extenso nevero y el Ibón de la Tallada. Es la ruta sur hacia el Valle de Salenques, que según he leído no es muy recomendable.
No sabemos si poner crampones pues pensamos que igual arrastramos menos piedras sin ellos. Por fin decidimos ponerlos y evitar hacerlo en el corredor, un lugar más comprometido.
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Rafa observa el elegante Tuc del Mig |
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Me asomo a ver el fondo del corredor. Más allá el valle de Mulleres |
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Desde la Brecha, mirando hacia el valle de Salenques. Según dicen itinerario no muy recomendable |
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En la brecha, dispuestos a descender el corredor |
Como nos temíamos el inicio del descenso es penoso. Bajo nuestros crampones las piedras ruedan y alcanzan una velocidad endiablada hacia el corredor. Bufff, que nervios. Llevamos un cordino, pero dónde asegurar, si está todo podrido. Estos 20 o 30 metros se nos hacen eternos. Ojalá hubiéramos hecho la ascensión hace unas semanas, cuando seguro la nieve no se interrumpía hasta la brecha.
Por fin alcanzamos la nieve y respiramos aliviados; aún así la pendiente nos obliga a descender de cara a la pared.
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Descenso muy delicado hasta la nieve |
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Descendiendo cara a la pared. Parece que la pendiente ha aumentado en el descenso.
Cuando el corredor se ensancha continuamos descendiendo de cara a la pendiente. En un momento Rafa pierde el equilibrio y comienza a deslizarse pendiente abajo sin poder frenar, cada vez más rápido. Por fortuna no pierde la posición y al final logra detenerse. Aún así calculamos que ha caído más de 40 mts. En el tobogán se ha ido topando con algunas piedras de pequeño tamaño. Un susto que por fortuna no tuvo mayores consecuencias que unas cuantas heridas en ambas piernas.
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Momento antes del resbalón |
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Bueno, sólo ha sido un susto |
Abandonamos la morrena y nos dirigimos al oeste, hacia el contrafuerte N. del Feixant. Afortunadamente ahora sí la meteo ha mejorado y tan sólo quedan algunas nubes en las cimas. Descendemos el corredor herboso y llegamos sin más sobresaltos al llano de Pleta Nova. Ya en el buen camino que recorre el valle de Mulleres sentimos que hemos vuelto a nuestro mundo. Nos relajamos junto al río antes de proseguir el descenso. Varios grupos de montañeros circulan por este valle, posiblemente vienen del cercano Mulleres.
Iniciamos el descenso por el valle en lo que es la última y más relajada etapa del día. Disfrutamos del sendero, las atrevidas cascadas y el bosque de hayas antes de llegar al parquin.
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Pleta Nova. Se acabaron las dificultades |
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En primer término el zócalo rocoso. Detrás el Tuc del Mig, la brecha y el Feixant |
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En el bosque, poco antes de acabar la excursión |
El Feixant es un pico exigente, no por su dificultad técnica sino por su compromiso. A partir de Pleta Nova tienes que crearte el itinerario, eso sí, es bastante evidente. En nuestro caso, la niebla le dio todavía un punto más de dificultad sicológica. Aún así acabamos realmente satisfechos. En las últimas salidas habíamos hecho otro tipo de montaña mas suave, pero el Feixant nos proporcionó un "placer" que ya casi habíamos olvidado.
De todas formas creo que esta montaña se puede hacer en un mes de junio o primero de julio con nieve hasta la salida del corredor con mucha más seguridad. Afortunadamente es poco visitada, porque no me quiero imaginar la lluvia de piedras en el canalón con varias cordadas.... Y es que esos 45 mts que le faltan al Feixant para entrar en el club de los tresmil le quita muchos visitantes.
23 Julio 2016. Rafa, Enrique