Es fácil recordar datos cuantitativos como nombres de picos, altitudes, desniveles, orientaciones, acotaciones geográficas, coordenadas GPS, grados de dificultad en diferentes escalas ... nos sobran mediciones y este blog es sólo para guardar pequeños detalles que sirvan para pulsar el nodo neuronal que dispara en nuestro cerebro evocaciones, recuerdos, sensaciones, sugerencias y demás impresiones cualitativas

2012-12-17

Mascún o "la Morada de los Espíritus"

Mascún proviene del árabe, y quiere decir morada de los espíritus. La sensación que tienes al llegar a Rodellar es la de encontrarte en la última frontera, el último lugar habitado en esta parte septentrional de la Sierra de Guara. Sería necesario recorrer montones de kilómetros antes de encontrar una chimenea humeante entre este lugar y la zona de la Guarguera. 


El barranco tiene buen caudal aguas abajo de la surgencia de Mascún
Al recorrer los escasos metros que separan Rodellar del Barrio de la Honguera sientes como si fueras a entrar en un paraíso perdido, donde el tiempo se detuvo ya hace mucho. No es de extrañar que Lequeutre, Tissandier, Saint Saud, y más tarde Lucien Briet, primeros viajeros en recorrer estos lugares quedaran completamente maravillados, e incluso alguna vez atemorizados por los descubrimientos que realizaron en esta parte de la Sierra de Guara, y así lo atestiguan los numerosos escritos que dejaron y que sirvieron para que muchos años más tardes gente como nosotros nos adentremos en estos parajes encantandos.
El itinerario discurre por el fondo del barranco
Unos 80 mts. de desnivel nos separan del cauce, que alcanzamos en pocos minutos. Enseguida un primer cruce del río nos advierte que hay más caudal que de costumbre, por lo que la idea de recorrer la parte inferior de Mascún hasta “El beso” se empieza a tambalear. 
Surgencia de Mascún
Dejamos atrás la surgencia, el Barranco de la Virgen a la derecha, y el de Andrebot a la izquierda. Ya hemos decidido no seguir por el cauce y nos desviamos por el sendero señalizado de “La Costera”. El paisaje no defrauda, conforme ganamos altura vamos descubriendo los efectos de una erosión milenaria. Al llegar al punto donde la pendiente decrece nos asomamos al abismo descubriendo a nuestros pies verticales agujas, oquedades imposibles, paredes ocres, en fin, un paisaje tremendamente fracturado y único. 
El "Delfín" o "La Ventana", uno de los emblemas de Mascún



Demasiada agua, decidimos tomar el camino de "La Costera"
Desafiante la "Cuca de Bellosta"
Animada charla  junto a "La Ciudadela"
Desde La Costera:  Ciudadela y Pirineo Central
Continuamos llaneando hacia el oeste, y al poco entramos en una zona boscosa, es el robledal de Otín. Un tapial toscamente construido pero que aguanta la desidia y el abandono nos lleva a través de este bosque único en Guara. Ejemplares de gran tamaño nos llaman la atención. Josean se abraza a un roble enorme y comenta que según la tradición celta la energía del árbol se transmite por el contacto a la persona. Así que allí abrazado permanece un buen rato. No sé yo si será al revés, y el secreto de la pervivencia de estos ejemplares únicos se debe a la energía que absorben de los cuerpos por los que son abrazados.

Robledal de Otín.  Contemplan el paisaje hace cientos de años.
Antiguos tapiales separan el camino de la zona de campos
Sin darnos cuenta ya hemos llegado al barrio alto de Otín, con su parroquial y la casa de Cosme Bellosta, ambas construcciones en ruina total. Una pequeña borda aledaña resiste el paso del tiempo. Parte de la chimenea todavía se mantiene en pie, aunque recuerdo en mi anterior visita a principios de los 80 la casa, aunque deshabitada era visitable y se encontraba en buen estado. Nos acercamos al barrio del barranco, donde un remolque lleno de perros de caza altera la paz que suele reinar por estos lares. Una única calle con casas arruinadas es todo lo que queda. En mi poder tengo un libro de Pierre Minvielle, que dio a conocer esta Sierra a través de sus escritos, en el que dice que en su primera visita a Otín, en 1956, encontró en la era reunidas 26 personas.
Barrio alto de Otín
Ruinosa chimenea de Casa Cosme Bellosta
El aguante de esta bóveda parece milagroso. ¿Por cuánto tiempo?
Parroquial del siglo XVII
Se decía que cuando ya no hay suficientes manos para cambiar una viga maestra, el pueblo está condenado
Un poco más al sur, el robledal fue testigo mudo de la agonía y muerte de este lugar. Extraño que haya persistido este robledal aledaño al pueblo, cuando la realidad es que toda la sierra sufrió una tala generalizada que dejó tan sólo vegetación arbustiva.
Continuamos la marcha por una maltrecha pista en ascenso hacia el SO. Llegamos al dolmen de Losa Mora donde efectuamos un descanso. Estamos en una meseta elevada entre los pueblos de Otín y Nasarre. Un vino de nueces con el marco de un Pirineo nevado que resplandece en horizonte, mientras la sombra y el frío de este corto día de Diciembre nos avisa que debemos continuar el descenso. 
Encrucijada de Caminos. El dolmen de Losa Mora nos regresa al Neolítico
Vinito de nueces en familia
Hacia el sur de Otín, campos baldíos. Al fondo Peña Montañesa y Cotiella
Continuamos por el Vallejo de los Moros que nos conduce hasta el Barranco de Andrebot. Abajo tenemos ya Mascún de nuevo, con las últimas luces del día. Cruzamos el río y ascendemos por el camino enlosado. Algunos escaladores apuran los últimos minutos de luz. Llegamos a la Honguera y a Rodellar, hemos cruzado de nuevo la frontera. Atrás ha quedado la “Morada de los Espíritus”.
Descendiendo por el Vallejo de los Moros. "El Moro" era considerado casi como algo mitológico.
Paredes ocres en el Barranco de Andrebot
Llegando a la confluencia con Mascún, enfrente el espolón de "La Virgen" y su vía ferrata
Las últimas luces confieren a este lugar un aspecto tenebroso
Rodellar ha cambiado mucho, sigue siendo pequeño, pero se ve vida, bares, compañía de Guías, gente paseando. Recuerdo mi primera visita a Mascún, era septiembre de 1980. Nunca olvidaré la sed que pasamos en estos lugares abrasados por el estío. Eramos todavía unos novatos y apenas llevábamos agua, pensando que podríamos aprovisionarnos,  pero no fue así. La sierra a final de verano está completamente seca. 
Recorrimos el barranco hasta “El Puntarrón”, ascendimos por el camino de Turmo hasta el despoblado Otín y regresamos por “La Costera” fue la primera excursión que hice con Ana y la última que hice con mi padre. ¡Qué recuerdos!





Mascún quiere decir "Morada de los Espíritus". Subimos por el camino enlosado poco antes de llegar a Rodellar, la última frontera. La Sierra de Guara sigue dando mucho de sí.

8 diciembre 2012. Fernán, Carli, Josean, Rafa, Enrique

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