Es fácil recordar datos cuantitativos como nombres de picos, altitudes, desniveles, orientaciones, acotaciones geográficas, coordenadas GPS, grados de dificultad en diferentes escalas ... nos sobran mediciones y este blog es sólo para guardar pequeños detalles que sirvan para pulsar el nodo neuronal que dispara en nuestro cerebro evocaciones, recuerdos, sensaciones, sugerencias y demás impresiones cualitativas

2018-08-30

Tuca d' Escorbets (2904 mts)


Tuca d'Escorbets, collado y lago de La Plana
La Tuca d'Escorbets, también conocida dentro de un gran abanico de nombres como Gran Pico de Perramó, es una cumbre bien individualizada que queda a caballo entre los Valles de Eriste y de Batisielles, tributario éste último del de Estós. Ascender esta altiva cumbre es la mejor excusa para completar la larga travesía Eriste-Estós, que no conozco en su totalidad. He pernoctado en el Refugio Ángel Orús y recuerdo bien los paisajes de postal de los lagos de Batisielles y Escarpinosa disfrutados años atrás, pero nunca he transitado por las inmediaciones del Collado de la Plana, a pesar de la popularidad que recientemente ha alcanzado como hito culminante de la Maratón de las Tucas. También será novedoso este recorrido para Marta, aunque no tanto para Enrique y Carlos, que hicieron el pico veinte años atrás.
Madrugamos, pero no en exceso, para tomar el microbús que a las 7 de la mañana parte en pleno verano desde Eriste para llegar a la espectacular Cascada de Espigantosa. Después de unos infructuosos intentos por arrancar el GPS que debería inmortalizar el track de la ruta -quizá es que la frondosidad de los bosques está reñida con las nuevas tecnologías-, nos ponemos en marcha para recorrer el camino que nos conducirá hasta el Refugio Ángel Orús en una hora y media. Quizá porque es un sendero ya de sobra conocido por nosotros, quizá porque sabemos que es sólo la primera etapa de una larga travesía, este primer tramo se nos hace algo anodino. Frente al refugio ya emerge poderosa la Tuca d'Escorbets, se ven cercanas pero inaccesibles las paredes que dan a esta vertiente, así que habrá que dar un buen rodeo antes de iniciar el ataque de su cumbre. Después de tocar las paredes del refugio, empezamos a encaramarnos sobre grandes bloques por terreno incómodo hasta llegar a la bifurcación que nos separará del más transitado camino que lleva al Posets y al Collado de la Forqueta. 


A partir de aquí, ya terreno desconocido para mí, apenas percibiremos presencia humana y eso que estamos en pleno mes de agosto. En apenas una hora desde el refugio, y tras cruzar de piedra en piedra pero sin mayores problemas el torrente de Llardaneta, el terreno se vuelve más amable. Eso sí, nos veremos obligados a descender unos metros hasta alcanzar en otros 20 minutos la Cabaña de Llardaneta, entorno en el que realizaremos una primera parada para reponer fuerzas. 
El terreno sigue siendo razonablemente cómodo y no ganaremos demasiada altura hasta llegar en una media hora más al Ibón de Eriste.

Cabaña de Llardana. Detrás a la derecha se divisa el refugio Angel Orús


Ibón de Eriste. Giramos a la derecha hacia el collado de La Plana
Poco a poco a nuestras espaldas van asomando cumbres y lagos, no en vano estamos en el entorno del Rellano de los Ibones. Primero fueron los picos de la Forqueta y más adelante el mismísimo Posets, los picos de la Paúl y la cresta de Bardamina. A partir de aquí sí que ya se empina el camino, que sube decididamente en busca del Ibón de La Plana, que alcanzaremos 45 después de haber avistado el primero de los ibones. Tras casi 5 horas de caminata, paradas mediante, llegamos a la gran divisoria del Collado de La Plana.
Ibón de Eriste y cresta de Bardamina

Llegando al collado de La Plana, la Tuca d'Escorbets se muestra imponente

El paisaje se amplía hacia el oeste. Tuca de la Llantia, Forquetas y cresta hacia Espadas y Posets

Desde el collado, unos metros elevado sobre el lago de La Plana, vista hacia Posets

Tuca de la Llantia, Tuca Alta, Forqueta

Collado de La Plana. Vista hacia Montes Malditos. 
Aprovechamos la pequeña parada para chequear el asalto a la cumbre, de la que nos separan unos 200 mts. de desnivel. Desde el collado apreciamos un primer corredor orientado a la vertiente de Eriste que salva un centinela y por él ascenderemos por terreno descompuesto, procurando no distanciarnos apenas en previsión de que empiecen a rodar piedras bajo nuestros pies. Superada esta primera dificultad, trepamos por roca grande y más estable hacia la vertiente de Perramó siempre buscando los hitos. La trepada no es corta ni evidente y necesitamos continuamente apoyar las manos. Cuando el cansancio psicológico empieza a aflorar llegamos a un flanqueo lateral por la vertiente de Perramó hasta afrontar el repecho final, en el que volveremos a hacer uso de las manos. 
50 minutos nada menos desde el collado. Llegamos a la cima con la sensación de que es un pico que hay que trabajárselo, no lo regalan. No será un tresmil pero tresmiles más baratos desde luego que los hay.

Corredor vertiente Eriste

Un segundo centinela nos hace cambiar a vertiente Perramó

Una repisa nos dejará ante el último repecho, en el que apoyaremos las manos
La Tuca d’Escorbets tiene dos cotas gemelas, damos por buena la primera, ya el GPS nos marca que estamos en el lugar correcto (2904m). Desde su incómoda cima se nos ha abierto el panorama en todas las direcciones, Perdiguero y Maladetas acompañan a Posets como trilogía de macizos con la que deleitar nuestros sentidos. Descendemos la mirada y vemos las verdosas aguas del embalse de Eriste, donde empezó todo unas horas antes. No se ve muy lejos, pero hemos tenido que dar un buen rodeo para coronar el pico. Agudizando un poco la vista, divisamos incluso Castejón de Sos, al fondo del Valle. 
Espadas, Posets, e ibón de Posets

Picos de Eriste y Forqueta

Hacia el Norte, Perdiguero

Fer, Marta, Carli, Enrique

En primer plano Tucas de Ixeia y lago de Perramó. Al fondo Montes Malditos

Al Sur Tozal de Bocs y macizo de Cotiella

Cresta de Chinebro, que tan bien vemos desde Villanova. Detrás, las Tucas del Mon ocultan la vista sobre Benasque.
Incluso vemos el embalse de Linsoles y al fondo Castejón de Sos
Se está a gusto en la cumbre y cuesta emprender el regreso. Desde la cima vemos la siguiente parte del recorrido que nos queda hasta alcanzar el valle de Estós. La aguja de Perramó divide el valle en dos. Nosotros dejaremos los lagos de Perramó a la derecha para descender hacia la Aigüeta de Batisielles, a la izquierda de la aguja. Es el itinerario del Maratón de las Tucas y está perfectamente balizado.

Descendemos pero no es extraño despistarse y lo hacemos. Tras el flanqueo lateral no encontramos el punto para iniciar el destrepe más delicado y tenemos la sensación de que no bajamos por donde hemos ascendido. Salimos del apuro como podemos, pero con el despiste nos ha costado más bajar hasta el collado que cuando subimos. Reponemos las cantimploras en el Ibón de La Plana y desde el collado ya divisamos gran parte del descenso hacia Batisielles, con las poderosas Tucas de Ixeia y Aguja de Perramó como privilegiado telón de fondo.

Saliendo del apuro

De nuevo en el collado. A partir de ahora el protagonismo para las Tucas de Ixeia



La Tuca d'Escorbets ya va quedando atrás
Al llegar a la división de itinerarios nos desviamos unos metros hacia la vertiente de Perramó para ver si podemos ver el lago, y efectivamente, allí está con un color verde turquesa. Precioso
Imponentes, las Tucas de Ixeia

Lago de Perramó, al pie de las Tucas
Una pendiente bastante acusada hace que descendamos de la parte superior del valle, rebasando ya la Aguja de Perramó, que a partir de ahora muestra su versión más vertical. Nos acercamos al Ibón de la Aigüeta de Batisielles donde efectuamos una pequeña parada. 
Aguja de Perramó, cara Oeste

Ibón de la Aigüeta de Batisielles.

El descenso, a veces por terreno incómodo de grandes bloques, nos va llevando de lago en lago hasta llegar al Ibón Grande de Batisielles. Debatimos sobre el material del que está hecho el puntón que emerge de sus aguas mientras disfrutamos de un verdor destacable para ser la segunda quincena de agosto.
A partir de aquí progresamos por sendero mucho más cómodo y empezaremos a percibir presencia humana, sobre todo a partir del Ibonet de Batisielles, a la vez que lamentamos su avanzado estado de colmatación.

Tucas de Ixeia y Aguja de Perramó

Ibón Gran de Batisielles. Un curioso puntón emerge en el centro del lago. Roca, tronco,o quizá Monstruo de Batisielles....

Ibón Gran. Al fondo aún se ve la silueta de la Tuca d'Escorbets

Ibonet de Batisielles
El acusado descenso nos lleva al encuentro del siempre agradecido Valle de Estós. La fuerza de su torrente, incluso en agosto, es algo que no deja de impresionarnos. Al cruzarlo por la Palanca de Aiguacari nos impregnamos de toda la humedad y frescor que arrastra, pura vida.
Después de más de doce horas nuestra excursión termina en la carretera cerca del puente de San Jaime, afortunados somos ya que puntualmente nos viene Ana a recoger en coche y nos deposita en Eriste, nuestro punto de partida. El balance no puede ser más satisfactorio, hemos recorrido valles emblemáticos y hemos coronado una poderosa cumbre, que tantas veces hemos visto desde el coche al hacer el trayecto entre Castejón de Sos y Villanova



20 Agosto 2018. Marta, Carli, Enrique, Fernán

2 comentarios:

  1. Hola.

    Tengo muy poco frecuentada está zona por la lejanía, pero me ha encantado está ascensión a la Tuca d'Escorbets que a mi sinceramente me da igual su altura, vamos como si tuviese mil metros, porque se desenvuelve por una zona de alta montaña bien chula, así que tomo nota de está y también de las Tucas de Ixeia.

    Un saludo

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  2. Tienes razón con la ascensión de la Tuca. Realmente lo que merece la pena es la travesía entre los dos valles que te regala imágenes preciosas de los ibones y de las Tucas de Ixea.
    Un saludo

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