Es fácil recordar datos cuantitativos como nombres de picos, altitudes, desniveles, orientaciones, acotaciones geográficas, coordenadas GPS, grados de dificultad en diferentes escalas ... nos sobran mediciones y este blog es sólo para guardar pequeños detalles que sirvan para pulsar el nodo neuronal que dispara en nuestro cerebro evocaciones, recuerdos, sensaciones, sugerencias y demás impresiones cualitativas

2024-07-31

Pène Glere (2308 mts), Anéou (2364 mts), Cuyalaret (2291 mts), Campanal de Anéou (2214 mts)

Campanal de Anéou, cara NE

El circo de Anéou es un lugar precioso y muy accesible, dado que está a pie de carretera. Sus praderas verdes donde pastan un buen número de rebaños, sus cumbres, por lo general muy accesibles para cualquier senderista, y su cercanía al Refugio de Pombie, desde donde se pueden contemplar maravillosas vistas sobre el gigante Midi d’Ossau hace que sea muy frecuentado. Tanto es así que nos vemos negros para poder dejar el coche en la cuneta. Comenzamos a caminar sobre las 11h, sí, muy tarde, pero por varias razones no hemos podido llegar antes. Tomamos el buen itinerario hacia el fondo del valle, en dirección oeste, dejando alguna granja a la izquierda, y teniendo ya a la vista las cumbres de la parte sur del circo, donde destacan dos de ellas por su forma puntiaguda. El Campanal de Anéou y más al oeste la Pène Glere. Estas dos montañas no son especialmente indicadas para cualquier senderista.
Vamos hacia el oeste por suaves pendientes

Hemos abandonado el camino general y ascendemos al sur. El Midi, siempre presente

Por pendientes suaves, y siempre por camino, hemos llegado a la confluencia del valle colgado que desciende por nuestra izquierda, entre las montañas del Mahourat y Pène Glere. Aquí dejamos el itinerario, y ya fuera de sendero nos dirigimos hacia la Pène Glere,  en fuerte pendiente por pedreras y prados. Dejamos a nuestra espalda el Mahourat y alcanzamos el zócalo que precede al cono final. A partir de aquí progresamos por terreno mixto, de placas calizas y zonas herbosas de fuerte inclinación. En un momento nos vamos ligeramente a la izquierda, pero aquí todavía la pendiente es mayor y avanzamos penosamente por la caliza, con la impresión de que cualquier despiste nos puede hacer rodar hacia abajo. Nos dirijimos algo a la derecha, donde abunda más la hierba, que como hace pequeñas terracitas y escalones se deja subir mucho mejor. Alcanzamos resoplando la cresta cimera, un poco a la derecha de la cumbre, que alcanzamos seguidamente.
La pendiente se endurece en dirección a la Péne de la Glere

Hemos subido por la parte izquierda, que es excesivamente empinada. La parte derecha es más asequible

Últimos metros


Al fondo, Pico Mahourat y Anéou

Peña Blanca

Pico Canal Roya

Tras una breve parada emprendemos el descenso, ahora más a la izquierda, donde incluso aparecen algunos hitos. Está claro que en la subida nos hemos complicado excesivamente la vida. Con cuidado, pero más seguros, abandonamos la pirámide y al llegar al zócalo, sin perder más altura nos dirigmos a  la derecha, al cordal fronterizo, mucho más amable. Así, en pocos minutos llegamos al collado que precede al Pico Anéou (2364 mts). Fantásticas vistas hacia Canal Roya, con el Anayet enfrente. Pedro me recuerda que ese valle fue donde prácticamente comenzó todo, a finales de los 70. ¡Madre mía! Me comenta que es un valle precioso, con la rinconada enfrente, el Anayet, …muchos recuerdos. Aprovecho la tesitura para preguntarle qué le parecería un telecabina que recorriera el valle y llegara hasta Formigal. Se quedó pensativo, hizo una mueca, en fin…, me atrevería a pensar que no le gustó la idea.
Descendemos hasta el zócalo y ya por buen terreno iremos hacia el cordal fronterizo

Pène Glere, cara S.

Pène Glere por delante del Midi d'Ossau

Ya en el cordal, vamos hacia el Anéou, el último de la izquierda

Anéou (2364 mts)

Canal Roya. Vistas hacia Aspe

Canal Roya, Vista a la Rinconada y Anayet

Ahora no seguimos la cresta, sino que descendemos del Anéou unos metros hasta tomar una inclinada y terrosa senda que bordea por el sur esta montaña, apareciendo en el collado de Anéou, previa al Cuyalaret, que alcanzamos seguidamente. Seguimos sin parar por el cordal, que abandonamos pronto por la vertiente norte pero sin perder casi altura, y nos dirigimos hacia la siguiente cumbre, Gralleras Norte, que no ascendemos, sino que bordeamos por la parte sur, muy cerca de la zona de esquí de Espelunciecha. Por fin aparece la aguja del Campanal, cuya cara oeste es una auténtica pared. Alcanzamos el collado herboso que serara el Gralleras del Campanal, y por la cara norte vamos rodeando esta última. Una vez hemos rebasado la aguja, y bajo la arista E. nos ponemos arneses  y preparamos material.
Descendemos por el sur el Anéou y nos dirigimos al Cuyaralet

Vista atrás hacia Anéou. Se ve la cara E. que hemos bordeado por el sur

Llegando al Cuyaralet (2291 mts)

Rodearemos el Gralleras por el sur, y saldremos al collado entre las dos cumbres

Travesía por la sur de Gralleras. Enfrente, la cara O. del Campanal

El primer largo es de 30 metros. Pedro sale primero, superando una placa tumbada, II+, aunque también hemos visto en alguna reseña III-. Hay que tantear bien la roca, que está bastante rota. Al final del largo unos cordinos alrededor de un bloque permiten asegurar. Subo yo sin problemas. Continúa Pedro para arriba superando un pequeño murete que da acceso a la arista. Este segundo largo lo asegura con un anillo en un bloque. La cuerda se acaba y sigo yo para arriba una zona fácil hasta encontrar una buena repisa donde espero a que suba Pedro.  La última parte es prácticamente llana aunque ha ganado bastante en exposición, y tras un par de exiguas brechas alcanzamos la cima (2214 mts) nada menos que a las 17,15 h. Menos mal que el día es espéndido. Ni una nube en el horizonte.
Primer largo

Hemos hecho corto con la cuerda, así que a mitad del segundo largo, Pedro monta reunión con un anillo, y yo continúo para arriba la parte más fácil hasta la reunión

La última parte, es prácticamente llana, aunque aérea

Último resalte

Campanal de Anéou (2214 mts)

Desde la cima

Gralleras y Anayet

Descendemos con cuidado, yo primero, y Pedro asegurándome desde arriba. En el  último largo Pedro me desciende, ya que no sabemos si llegará la cuerda, y luego el rapela. Efectivamente le faltan un par de metros, pero sin problemas. Muy contentos descendemos hacia el valle, campo a través por praderas empinadas, aunque pronto encontramos senderos que nos dirigen hacia el fondo. Coincidimos con un numeroso rebaño de ovejas guiadas por un enorme mastín blanco que se nos queda mirando y al que nosotros ignoramos, por lo que cada uno a lo suyo. Por fin, llegamos a la carretera junto a la frontera. Pedro me espera con las mochilas mientras recorro algo más de 1 km Portalet abajo en busca del coche. Poco después, en la gasolinera junto a Formigal “nos pretamos” sendas jarras de radler que desaparecen en un instante. Luego, a Senegüé, al hotelito. Ducha, cena, paseo nocturno y conversaciones a la luz de la luna. Mañana será otro día.
Rapelando el primer largo. 

Al fondo queda el Campanal de Anéou. Esbelto

Hemos recorrido varias cumbres del circo de Anéou, entre ellas Pène Glere y Campanal, que ya les teníamos ganas. En cuanto a Pène Glere, mucho cuidado, no es una cima para cualquiera, y eso que en alguna reseña hemos visto catalogada cómo fácil. Efectivamente, fácil es, pero con una pendiente tan fuerte que si caes no paras hasta abajo, y mucho cuidado como la hierba esté húmeda. Fácil si, pero peligroso también.
Cimas del circo de Anéou e itinerario seguido

23 Julio 2024. Pedro, Enrique

2024-07-17

Besiberri S (3023 mts), Malavesina N. (3009 mts), Comaloforno (3029 mts)

 

Travesía desde Besiberri S. hacia Malavesina N y Comaloforno

Hemos pasado la noche en el bonito refugio de Conangles, a pie de carretera, un poco antes de la boca sur del túnel de Viella. Aparcar el coche junto al refugio tiene sus ventajas, ya que lo que no necesitamos para la ascensión lo dejamos en el coche, incluso los crampones, que pesan. El refugio estaba tranquilo la noche anterior, tan solo contamos diecisiete personas, así que Rafa y yo pudimos disfrutar de un dormitorio para nosotros solos. Pero antes de eso tuvimos una espléndida cena e incluso pudimos ver la primera parte del partido España – Francia. Eso sí, a las 22 h. toque de silencio riguroso.



Partimos del refugio en dirección sur por una pista que atraviesa el precioso bosque de Conangles durante 1 km, abandonando a nuestra izquierda por una señalización que toma un sendero con postes amarillos que cruza repetidamente la pista. Ascendemos por un buen camino empinado en dirección este. Precioso bosque de pinos junto al río que se despeña en múltiples cascadas a nuestra derecha. Al cabo de una hora de marcha cruzamos el torrente por una pasarela de cemento y salvamos el último repecho por un sinfín de lazadas en fuerte pendiente que acaba en el paraje donde se ubica el Estany de Besiberri, lugar idílico como pocos. Ahora el sendero discurre llano junto a la misma orilla hasta la otra punta del lago, donde una gran pradera con algunos pinos ofrece un paisaje único.

Después de llanear por la pista, tomamos el sendero balizado en ascenso

Llevamos una hora de marcha y cruzamos el barranco de Besiberri

Estany de Besiberri

Vaya paisaje, el del entorno del Estany. Al fondo el Feixant

Continuamos avanzando en suave ascenso por sendero entre prados, ya con la vista puesta en el refugio metálico de Besiberri, el cual quedará a la izquierda por encima de nosotros. Vemos algunos hitos que invitan a cruzar a la otra orilla, pero la corriente es exagerada, así que seguimos por la margen izquierda hasta llegar a la altura del Estanyet, donde el río se parte en varios  brazos haciendo asequible el cruce, que lo hacemos junto a un enorme bloqué errático de dimensiones descomunales. A partir de este punto, abandonamos la muralla que teníamos enfrente e iremos a la izquierda para ganar altura por un canalón penoso que nos hace sudar de lo lindo, apareciendo ya en la ladera oeste de la cresta de los Besiberris.
Dejamos a la derecha la muralla que protege el Estanyet

Subiremos hacia la izquierda rodeando la muralla...

...por un canalón de fuerte pendiente que nos hace sudar bien...

...hasta que salimos a una zona más amable

Al fondo, al sur vemos la morrena que nos tocará superar. Antes, en las últimas praderas que encontrarmos hacemos un descansillo y aprovechamos para comer algo. Emprendemos la subida, ya por roca cada vez de mayor tamaño penetrando en la morrena abandonada por el glaciar en su último empuje durante la Pequeña Edad del Hielo. A duras penas dejamos atrás el roquedal y tomamos los neveros. La nieve no está ni muy dura ni muy blanda, pero los crampones nos hubieran ido bastante bien, la prueba es que aprovechamos una huella de crampón de gente que nos ha precedido, menos mal.
Primeros neveros junto a la morrena. Al fondo, Abellers

Terreno caótico. Hacia el fondo vamos, al collado de Abellers

Por fin salimos de la morrena y seguimos por los neveros hacia el collado

Los neveros van aumentando de pendiente y ya tenemos enfrente el cordal que une el Besiberri S y el Abellers (toda la vida lo habíamos conocido como Avellaners, y así figura en los antiguos mapas). Bueno, a lo que vamos, en el cordal divisamos un poste, que suponemos es el collado, pero para llegar hasta allí tenemos un empinado corredor completamente nevado, y sin embargo a la izquierda, una pala de nieve finaliza en una gravera que alcanza el cordal, un poco más elevados que el collado. Penosa ascensión, un paso adelante, dos atrás. Alcanzamos por fin la ladera del Besiberri, del que nos separan todavía unos 150 mts. que se nos hacen muy largos.
Al fondo ya se perfila el cordal. Nosotros evitaremos el nevero de la derecha y ascenderemos por la pedrera a su izquierda


La subida por la gravera es penosa. Un paso arriba y dos abajo.

Por fin aparecemos, aunque algo más arriba del collado de Abellers

Ladera oeste del Besiberri S. Pedregosa, pero más noble que el canalón

Casi estamos ya. Al fondo, las dos cumbres del Besiberri del Mig

Algo más de cinco horas y media desde Conangles, alcanzamos la cima del Besiberri S. Encontramos allí una chica con la que charlamos. Su compañero ha ido a hacer la Malavesina N y el Comaloforno, justo lo que nosotros pensábamos hacer, aunque ahora ya tenemos alguna duda de seguir o no. Enseguida vemos al susodicho regresando del Comoloforno, ascendiendo la aguja y bajando en un periquete. Y es que la Malavesina la tenemos justo aquí al lado. Así, que esperamos a que llegue hasta nosotros, y después de cambiar impresiones nos bajamos para abajo, tan solo unos metros al oeste, ya que un hito nos indica la travesía hacia la aguja.
Besiberri Sud. 3023 mts

Hacia el Este. Macizo de Punta Alta

Próximos objetivos. Malavesina y Comaloforno

Besiberri Nord

Un pequeño diedro hemos de trepar para llegar a la brecha. Desde aquí, por la vertiente este, por unas fisuras alcanzamos la arista, muy breve, pero aérea,  llegando enseguida a la cima. Fotos, y para abajo. Ahora enlazaremos con el sendero “general” que comunica con el collado de Abellers. Enfrente tenemos el Passet, que hicimos hace años, cuando era un tresmil, decotado más tarde a 2998 mts. El Passet, un pico serio. Vamos girando en ascenso fuerte hacia la izquierda siguiendo los hitos, que los hay por todos sitios. Alcanzamos por fin el Comaloforno, tras una breve arista. Vistas increíbles, sobre todo hacia el norte, con toda la cresta de los Besiberris. Al oeste, el macizo de las Maladetas, bastante más blanco que los últimos verano.
Trepamos un pequeño diedro y ganamos la brecha al norte de la Malavesina. Al fondo Besiberri S

Corta trepada algo aérea

Una breve arista nos deja en la cima de la Aguja N. de Malavesina

Aguja N. de Malavesina. 3009 mts

Besiberri S. y cresta hasta el Besiberri N.

Estanys Gelats

Cresta hacia Comaloforno

Pic Abellers. Al fondo Montes Malditos

Rumbo al Comaloforno. Passet (2998 mts)

Últimos metros al Comaloforno


Comaloforno. 3029 mts

Besiberri Sud, Mig y Nord

Nos vamos pitando, ya son las 14 h. y nos queda toda la bajada, que se nos va a hacer muy larga. De vuelta hacia el collado de Abellers, subidas y bajadas pedregosas que van aumentando el desnivel acumulado. Por fin, alcanzamos la brecha por la que hemos accedido al Besiberri esta mañana. Encontramos allí a un montañero que viene de Caldes y va hacia el refugio de Besiberri. Bajamos los tres malamente por la escurridiza gravera en dirección a la nieve, que alcanzamos seguidamente. Ahora la nieve está muy humidificada y resbala mucho, unido a que debajo está la gravera movediza hace que todo sea un auténtico tobogán. Yo me caigo y voy resbalando hasta que con ayuda del piolet me detengo. Poco a poco la pendiente va cediendo, pero el otro montañero, sin piolet y con crampones baja bastante aterrorizado y se queda atrás.
Bajamos del Comaloforno y subimos canalones

Y bajamos canalones

Pasamos el collado Abellers y descendemos por la penosa gravera inestable

Ahora, ya por nieve más noble descendemos rápidamente, enlazando todos los neveros que podemos hasta acabar de nuevo en la morrena. Sin problemas la pasamos y poco después llegamos a la bajada del canalón “cabrito” de la mañana, que nos deposita en el llano, junto al Estanyet. El camino hasta el Estany de Besiberri se hace muy largo, parece que está siempre a la misma distancia, pero por fin llegamos y hacemos un buen descanso junto a la orilla, en la hierba, donde nos tumbamos unos minutos. Qué lugar tan bonito. Y ya solo nos quedan los 500 mts de desnivel descendiendo el barranco hasta llegar a la pista. Agotados la alcanzamos, y el último kilómetro hasta el parquin lo hacemos en “modo avión”, sin apenas hablar y desconectados. Por fin, el coche. Han sido 12 horas, con 1700 mts de desnivel, y 15 km. Con razón estamos cansados.
Descendemos todo lo que podemos por neveros, pero no nos libramos de la morrena

Por fin pisamos terreno amable. Arriba se ve perfectamente el amontonamiento de la morrena

El Estany de Besiberri muy lejos todavía



Al fondo ya vemos el Estnyet y el enorme bloque, junto al que cruzaremos el río

Sin comentarios

A la vuelta, paramos en Serraduy, en Casa Peix, y se obró un milagro, tras una jarra de cerveza con limón, un café y una increíble tarta de manzana estábamos dispuestos a empezar de nuevo. Y no fue el único milagro, ya que justo antes de trepar la Malavesina, Rafa se da cuenta de que ha perdido el móvil. El terreno es un caos de roca, sin sendero; vamos, imposible encontrarlo. Retrocedo unos metros sin saber si hemos pasado por allí, y cuando le voy a decir a Rafa que se olvide del móvil, miro una grieta y allí estaba, de pie, tan solo se veía el canto, pero apareció. Otro milagro.

10 Julio 2024. Rafa, Enrique
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